Esta soy yo

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Metropolitana, Chile
Licenciada en Historia y profesora de la misma disciplina. Vivo soñando, amando y recordando. Tengo dos metas en la vida: Viajar y encontrar la plenitud. Comencé este blog en 2011, como una "catarsis", hoy, es mucho más que eso. Enjoy!

martes, 23 de agosto de 2011

Fotografiar

Pucha que es lindo retratar un momento, una situación, un escenario cotidiano, una sonrisa, incluso un llanto. Recuerdo alguna vez, cuando era buena cristiana, fuimos a un retiro, y en una nos hicieron desprendernos de algo material que quisiéramos mucho, y una de las niñas, quizás medio tacaña (jajaja broma) regalo su álbum de fotos familiar "porque siempre nos tomamos fotos en momentos de alegría".

Esa frase quedo en mi cabeza, porque yo no se porque, pero mis papás me tomaban fotos incluso mañoseando, en tiempos donde tomarse foto, no era como la "revolución" que es ahora, que a un niño/a se le toma prácticamente fotografías en cada circunstancia de su vida, así que no se si su familia era muy muy feliz, o mis papás eran unos seres muy extraños. La cosa es que hoy nuevamente me acorde de aquella frase, porque como dije en el post anterior, actualmente estoy colaborando con el Centro Nacional de Patrimonio Fotográfico, en la cual con una amiga, entregamos nuestras "valiosas" (jajaja) horas, para catalogar y documentar fotos de un fondo que nos fue "prestado"  el año pasado para una Cátedra de la Carrera que estudio actualmente.

La cosa es que había de todo de tipo de fotografías, desde paisajes naturales hasta retratos, inclusive fotos familiares, y después de haber mirado unas doscientas imágenes el día de hoy, puedo concluir que: los retratos, casi nunca -no me atrevo a decir nunca- eran con personas sonriendo, sobre todo las que datan del último decenio del siglo XIX, pero me imagino que eso es por el tiempo de demora que se ocupaba en "tomar" una fotografía. Las de paisajes naturales siempre eran como dos escenarios: playas o salitreras. Las de retratos familiares, o era de un grupo gigante de personas (más de 35, familias grandes, obvio) o grupos pequeños, pero haciendo algo "gracioso" como estar disfrazados, o sacando la lengua (a lo buen chileno jajaja).

Más allá de la forma, cada vez que me dedico a mirar las fotografías y ver el rostro de las personas, me empiezo a imaginar la huella que hay detrás, como por ejemplo "¿Qué habrá pensado la persona en el momento en que la estaban capturando?" "¿Cúal habrá sido su impresión en el momento que le mostraron su rostro/cuerpo en una hojita de papel?" Porque poniéndome en la volada mística, yo soy de las personas que piensan que en cada fotografía uno pone parte de uno, por ello es cuatico ponerse a pensar que a la gente que estoy mirando ahí es gente que murió hace tanto pero tanto, pero igualmente aparecen ante mi, sus miradas, sus sonrisas y sus modas (como peinados, trajes esplendorosos). Obvio que al menos las fotografías que vi hoy, eran solo una parte de la sociedad, quizás la más acomodada, pero seguirán estando por siempre allí en esos trocitos de papel, que luchan por ser observados y recordados.

Me acordé que cuando era pequeñita, como a los 4 o 5 años, por una cuestión de timidez, me daba plancha salir sonriendo, la verdad es que no me acuerdo porque realmente, pero siempre siempre salía con la boca chueca, onda como que me atrevía a una leve sonrisita, y mis papás después me preguntaban porqué salía así, por lo que ante mi negativa de sonreír por sí sola ante las cámaras, me enseñaron a decir "whisky" para cuando nos tomáramos una foto, algo que nunca comprendí del todo, aunque debo reconocer que fue más extraño cuando uno de mis primos me dijo que dijera "queso", aunque no me dijo que la dijera en inglés "cheese", porque por ahí tiene más lógica. Hoy, casi siempre salgo con la sonrisa pepsodent en las fotos, aunque muchas muchas veces, no me favorezca (: .

Ahora, cosas del baúl de los recuerdos:


Esta foto es una familia disfrazada, hoy propiedad del CENFOTO.



Esta otra es de mis abuelos paternos, que estoy que la dono al CENFOTO, para que perdure por siempre, aunque los daños sobre ella ya son muchos en cuanto a conservación, pero por lo menos ya aprendí la lección y la digitalicé.

Eso es por hoy, saludos como siempre.