Esta soy yo

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Metropolitana, Chile
Licenciada en Historia y profesora de la misma disciplina. Vivo soñando, amando y recordando. Tengo dos metas en la vida: Viajar y encontrar la plenitud. Comencé este blog en 2011, como una "catarsis", hoy, es mucho más que eso. Enjoy!

martes, 31 de marzo de 2015

Tres preguntas incómodas

Por ahí por enero y podría decir que hasta en una misma semana, me hicieron 3 preguntas que yo considere "incómodas", no porque me interceptaran directamente hacia mi persona, si no, porque yo sabía que si decía la verdad, podría herir a mi interlocut@r... ¿Qué hacer en esos casos? ¿Mentir estará permitido en algunas situaciones puntuales?



a) ¿Qué edad crees que tengo? : Vaya vaya vaya, esta pregunta me la hizo una amiga de mi mamá que sobrepasa los 65 años. Menos mal, cuando me la pregunto, yo no estaba cara a cara con ella, así que pude mentirle sin problemas (yo no soy buena mintiendo, soy super torpe y mi cara me delata). Lo peor es que me lo preguntó, después que a mi mamá la dejaron estacionarse en el estacionamiento preferencial, porque iba acompañada de una "abuelita". La Inés, casi se cayó de espaldas, cuando escuchó eso, además, jajajajaja, quién se lo dijo, andaba por ahí no más con la edad de ella. Mi mamá se bajó del auto a comprar en una Pronto... y ahí me quedé yo con ella, tratando de "consolarla" y ahí sin mayor rodeos, me preguntó: Oye Paz (así me dicen algunas personas) ¿Qué edad crees que tengo? Y bueno, yo sabía que ella era algunos años mayor que mi mamá y de hecho, sabía que edad tenía exactamente, porque para su mala pata, tengo buena memoria para las cosas más raras del mundo, jajaja, y en vista y considerando que hace menos de 5 minutos le habían herido su ego... le mentí y le dije: "No sé.. ¿60?" Y ahí recobró su sonrisa y me dijo: "Noooo, si yo sabía que me mantengo muy bien, tengo 66... puedes creer?" Jajajaja, si... sí lo podía creer.

b) ¿Te gustó el regalo? :  Que atroz cuando alguien te hace esta pregunta, porque 1- noto tu cara de "no me gustó" (y que fome ser malagradecida) 2- Se siente super insegur@ son su obsequio y pucha que triste, esa no es la idea. Y lo peor, es la contraparte, porque a tod@s yo creo que nos ha pasado alguna vez... y es más, reconozco que un par de veces he hecho yo la pregunta (sobre todo a mi mamá) y por lo general, nadie anda diciendo la verdad en este tipo de cosas, porque insisto la intención no es herir el corazón de alguien que pensó en obsequiarte algo, cualquiera sea el motivo. Es más, recuerdo en específico alguna vez que alguien fue sincera y hasta el día de hoy, me siento incómoda de haber estado allí... fue cuando una tía le preguntó a una prima de unos 10 años, si es que le había gustado el regalo de primera comunión que más encima, ella había hecho con sus manos, a lo que mi prima respondió: "No, no me gusta". Aaaayy, si lo escribo y trágame tierra!!! 

c) ¿Te acuerdas de ella? (aludiendo a un familiar que con suerte viste cuando eras una lactante, jajaja): Mi mamá es especialista en hacerme esta pregunta y ponerme en una feroz encrucijada. Resulta que yo provengo de una familia materna en la que son 12 hermanos, así que imagínense el número de descendientes. De hecho, yo ni se cuantos primos tengo (nota mental: hacer el árbol genealógico pendiente por siglos...), por lo que en diferentes ocasiones, me los topo y MUCHAS veces no se que monos pintan en mi vida, jajajaja. Aunque debo reconocer, que siendo la nieta más joven de mi abuelita materna, reconozco muchos más primos que una prima que tiene 10 años más que yo, así que tan perdida no estoy xD. La cosa es que además de primas consanguíneos, tengo prim@s p!olíticos y a ellos si que no los reconozco. Y fue super incómodo ese día que mi mamá me preguntó: ¿Te acuerdas de ella? Y sí, si me acordaba... pero son tan lejanos a mi vida, que nuevamente mentí y le dije: "Nooo, quien es?" Y la esposa de mi primo que con suerte he visto dos veces en mi vida, me miró con sonrisa socarrona y fin, me alejé.

Y la(s) pregunta(s) del millón es: ¿Les han hecho este tipo de preguntas a ustedes? ¿Qué responden o que responderían?

Abrazos!!

martes, 24 de marzo de 2015

Desafío de libros pendientes

Tenía pendiente esta entrada hace algunas semanas. La semana del 09 de marzo, se cumplió un año del desafío de dar término a los libros pendientes por siglos. Lo pueden recordar todo en esta entrada.
Y la pregunta del millón es: ¿Cómo me fue?
Algunos de los libros leídos en este desafío. 

Entre raya para la suma, yo digo que muy bien. Tenía la no orgullosa suma de 57 libros acumulados, en un rango de 8 años. Y de esa graaaaan lista, todo se redujo a 10 pendientes, o sea, si o si, me leí 47. Regio.

En aquella ocasión, también prometí no volver a adquirir libros hasta que esa lista bajara, algo que como pueden sospechar, no cumplí. Sin embargo, en mi defensa digo que libro que compraba lo leía, para que esa lista no volviera crecer hasta confines exorbitantes, jajajaja. Además, solo fueron 7, regio, según yo también.

De esos 10 que me fue imposible leer, algunos fueron por tiempo y otros simplemente por desinterés y yo pienso que no hay nada peor que leer obligada, así que me daré el tiempo de leerlos en el momento adecuado. Además, soy una convencida que cada libro llega en el instante oportuno, ni antes ni después. 

Este año eso sí, con mi viaje a los Aires Buenos incluido, obviamente adquirí una suma considerable de libros. Ello sumado a que justo en marzo, lanzan la promoción en la bencinera que me encanta y lanza libros de diferentes colecciones a muy buen precio. ¿Quien no se tienta, ah? La cosa es que en total, ya agregue 10 más a la lista de pendientes por leer, pero la buena noticia es que de esos 10, ya leí 6, o sea, el total de los totales son 14 libros pendientes, ello solo refiriéndonos al tema de libros en formato papel. 

En resumen, con todo lo leído hasta el momento, hay ciertos puntos a los que me gustaría referirme. 

1- Si usted quiere terminar con su inagotable lista de libros pendientes, como fue mi caso, lo más recomendable es hacer un "catastro" de ellos, para mi hacer un listado e ir subrayando cuando leía alguno, me resulto perfecto, onda fue UN GRAN incentivo. 
Esta es mi letra MEGA desordenada, en general, no es así. 

Igual leí hartos. Los 10 que siguen pendientes, están en su mayoría a "medio camino". 

2- Si la cifra de pendientes es abrumadora, agrupelos en al menos dos categorías, ejemplo:
    a) Los que le tincan más.
    b) Leer de un menor a un mayor número de páginas. 

3- Hay libros con los que simplemente no hay caso, esos, déjelos de lado y que no la desanimen y mucho menos se sienta "culpable".

4- De mi desafío hay algunos que me marcaron y por ello me arriesgo haciendo un "ranking de los top 10"

a) "Ensayo sobre la ceguera" - José Saramago
b) "Sensatez y sentimientos"- Jane Austen 
c) "Memorias de una joven formal" - Simone de Beauvoir
d) "La sangre de los otros" - Simone de Beauvoir
e)  "París era una fiesta" Ernest Hemingway 
f) "Nuestros antepasados" (Historia genética) - Spencer Wells
g) "La infancia de un jefe" J.P. Sartre
h) "Paula" - Isabel Allende 
i) "Los misterios de la Edad Media" Thomas Cahill 
j) "Lenin"- Hermann Weber.

5- Ya les he comentado antes que no tengo el don de hacer buenas reseñas, pero sin dudarlo, les recomiendo varios de los títulos que indique en el punto anterior. Hay varios que responden a la disciplina que estudié (Historia) pero otros que escapaban a ella y me enamoraron totalmente. En la diversidad está el gusto, dicen por ahí. 

¿Qué les parece a ustedes? ¿Cumplí el objetivo? ¿Debo sentirme orgullosa? Jajajaja. Como conclusión, dudo que no siga acumulando pendientes, solo que de ahora en adelante, trataré de mantenerlo bajo control y así  no volver a repetir la cifra de los 57, jajajaja. 

Abrazos! 

lunes, 16 de marzo de 2015

Viajando con Aída - Uruguay (Montevideo y otros)

Ay, Uruguay… Montevideo es una ciudad muy amigable,  puesto que su gente es muy cortés y amable y eso en una ciudad capital, se valora. Eso sí, es cara. Si usted está pensando en ir a Uruguay, como mínimo destine sobre 60 dólares en el ítem comidas, para dos personas. Obvio que hay opciones más “económicas” como sándwich u otros, pero los “platos reales” son caritos.  Y la ciudad, así, en términos “superficiales” está “atrasada” unos 10 años si la comparamos con Santiago. Ejemplo: No hay metro y los ómnibus (micros, buses) cuentan aún con cobradores humanos <3.
En esta segunda parte, nuevamente desglosaré por días.

10 de febrero:
Nos levantamos como de costumbre a las 7.30 am, tomamos desayuno y tuve que ir asimilando que no me quedaban muchas horas en Buenos Aires. De hecho, jajajaja, recuerdo que cuando vi alejarse el Obelisco,  me dio penita, pero nuevamente pensé: “Volveré” tal como hace 5 años.
Nos paso a buscar nuestro clásico bus y nos dejo en Puerto Madero. Desde allí, nos embarcaríamos en un Buquebus que nos llevaría directamente a la ciudad de Colonia del Sacramento. Fue una linda experiencia salir de un país, por agua… primera vez en mi vida que viajo de esa forma y puedo decir que es muuuuuy relajante. Nos demoramos alrededor de 1 hora y llegamos a la histórica y pintoresca Colonia del Sacramento.

Colonia es Patrimonio de la Unesco, tal como lo es nuestro Valparaíso. Fue una Colonia portuguesa, que hasta el día de hoy, e incluso inundada de turistas, está muy bien conservada. El casco histórico, cuenta con una callecita, que la llaman “Calle de los suspiros”, puesto que cada persona que baja por aquel lugar, lo primero que hace es suspirar, al ver tamaño paisaje. En serio, es muy lindo y “romántico”.

Cuando llegamos a este pueblito, todos teníamos hambre, pero ninguno comió ahí.  Jajajajaja, a todos se nos pasó el hambre al darnos cuenta que por un sándwich simple cobraban 7000 pesos y por un helado barquillo simple, alrededor de $4500. Yo me compré una Coca light de medio y me salió 1500, nada tan terrible, pero llegué casi desmayada a Montevideo, jajajaja.

A Montevideo, llegamos a las 18.30 hora local, es decir, una hora más que en Santiago. Como ninguno había comido nada, con el grupo acordamos ir a cenar a un restaurant que quedaba muy cerca del hotel (o sea, muy céntrico) que se llamaba “El fogón”. Fue muy bacan esa cena. La comida estaba deliciosa y la compañía perfecta. Creo que hace haaarto tiempo, no me reía tanto sin haber bebido ni una gota del alcohol. Esa onda. Al fin supe como se llamaba cada persona que estaba compartiendo experiencias con nosotras, a qué se dedicaba en sus vidas “normales” y todo entre risas. Yo cené: Entrada (jamón con ensalada rusa), más Lasagna de verduras y jamón, con una salsa de queso INOLVIDABLE y de postre: el clásico “Isla flotante”. Un postre muy típico del Río de la Plata, que es merengue a punto de nieve, licor de oporto y pasas de uva. A pesar de que suena muy dulzón, el licor lograba equilibrar muy bien los sabores. Muy recomendable, si es que van.
Alrededor de las 1 am regresamos al hotel y yo me quedé leyendo un libro que tenían disponible  en cada pieza y retrataba la historia de Uruguay contada por ellos mismos y sus lugares, obvio, más turísticos. Me llamó la atención eso sí, que decía que ellos solo recibían a las clases “aristocráticas” de Brasil, Argentina y Chile. Ahí entendí TODO, jajajaja.

La mami en la entrada del casco histórico de Colonia. 

Una de las tantas fotos grupales, encuentreme... porque casi ni me veo, jajaja. 

La calle de los suspiros, aaaaaaawwwww. 

Amar las ruinas <3 

Callecitas de Colonia. 

Me encantó la arboleda. 

Camino a Montevideo. Muy rural. 

La mami me tomó esta foto, justo cuando el guía dijo que estábamos llegando a Montevideo y la sonrisa es tan natural (el bronceado se vende por separado, jajaja) 

11 de febrero:
Al igual que en mi amada Buenos Aires, en Montevideo también realizamos un tour panorámico por la ciudad. Visitamos el casco histórico,  el Estadio Centenario por fuera, algunos parques (por Dios que tiene parques esa ciudad!!), de ahí nos dirigimos a Playa Pocitos y después regresamos al hotel, alrededor de las 12.00 hrs.

En Playa Pocitos, nos bajamos a tomarnos la clásica foto del turista en el letrero gigante que dice “MONTEVIDEO” y antes de llegar allí, nos “tropezamos” con hormigas cabezonas, jajajaja, eran GIGANTES. Ah, la guía nos explicó el origen del nombre de su capital y se las cuento, porque igual es medio “freak”. Tiene diversas interpretaciones, pero la más aceptada, es debido a que así le llamaban sus colonizadores portugueses en las cartografías: MONTE (porque cuentan con varios “montes”, jajaja) VI (sexto número romano) D-E-O (De Este a Oeste) y si  los juntamos, voilá leemos “MONTEVIDEO”. Fin, quedé conforme.

Al llegar al hotel, decidimos ir a caminar a “Ciudad vieja”. Me gustó esa onda de dividir imaginariamente la ciudad en dos, una “moderna”  y la más antigua y conservada, todo separado por una puerta. Ahí se me hizo más latente, lo que intentaba explicar el uruguayo Ángel Rama, cuando hablaba de “ciudades imaginarias” en muchas capitales de América Latina.
Almorzamos un sándwich en un local de “La pasiva”, algo así como el Mc Donalds de Montevideo, jajaja. En la tarde, regresamos a “Playa Pocitos” y fue lo bacan, bañarse en un río con aguas muy templadas (24 grados).

Fue bacan esa Playa, porque:
  •     Primera vez en mi vida, que estaba en una playa en otro país.
  •     Primera vez en mi vida que me entraba arenas en las uñas.
  •       El atardecer, fue muy raro. Colores bellos y una apariencia muy extraña, porque pareciera que el sol escondía a nuestras espaldas y no hacia el horizonte.

En la noche, salimos a pasear en las calles cercanas al hotel, pero sinceramente no había mucha vida nocturna.
La mami con Artigas. 

En uno de los parques... esa obra es de un escultor famoso que olvidé como se llama. Si me corría un milímetro, la alarma sonaba. 

El letrero de Montevideo con Art-Attack. La mami me dijo que en la tarde lo vio blanco, yo no me fijé.


Palacio de gobierno, ahí estaba Pepe!!! 

Puerta que dividía las 2 ciudades. 

Fuentes preciosas. 

La Catedral 

Mami mojandose las patitas en Pocitos. 

Uno de los atardeceres más lindos que he visto. 

12 de febrero:
¡Día de playas, yeeeeeyyyyy!
Salimos en dirección a Piriápolis, que es un balneario y centro turístico que recibe su nombre a uno de los “fundadores” de un complejo turístico, llamado Roberto Piria. A una hora 30 de camino, llegamos a un lugar con esta vista:
Piriápolis. 

Estuvimos alrededor de media hora, tomamos las fotografías de rigor y seguimos nuestro camino, hacia Casa Puebla. Este hotel, creado casi “imaginariamente” por Carlos Páez Vilaró, es un complejo, que se fue construyendo por partes y se dice que sus atardeceres son maravillosos. Yo me imagine que estaba en Skopelos y voilá, me enamoré del lugar. Este arquitecto y artista, es conocido en nuestro país, por ser uno de los padres de uno de los jóvenes que protagonizó la denominada “Tragedia de los Andes” (Avión que se cayó y cuyo rescatista fue un arriero chileno). Fue él, quien nunca perdió la esperanza de encontrar a su joven hijo con vida e incluso escribió un libro contando su dramática experiencia.  La entrada al lugar cuesta 8 dólares y vale totalmente la pena.

Posteriormente, anduvimos unos 20 minutos más de camino y llegamos al archi-conocido ( y topisimo, porque no decirlo) balneario de Punta del Este. Una playa, muy lujosa, donde la mayoría de sus turistas son argentinos y brasileños y donde una noche de hotel, parte desde los 500 mil pesos. Pobre.

Llegamos, buscamos un lugar para almorzar y encontramos un lugar que tenía promoción de pizza toscana mediana (en verdad un poco más grande que nuestra porción individual) por la “módica” suma de 16 mil pesos. La comimos entre las dos y al restaurant llegaron dos personas del tour, así que comimos acompañaditas :D . Ah, Uruguay, cobra el “servicio de mesa” o sea, la propina, obligatoriamente. 

Bajamos con Viviana y Carlos a la playa, una pareja de más de 55 años, que tenían una historia de amor que me hizo llorar. Y no es webeo. Viviana me contaba, que ellos después de 30 años, después de dos matrimonios fallidos,  se habían reencontrado y no se habían separado jamás. El amor siempre triunfa, dicen por ahí.

Llegamos a la playa y nunca había pisado una arena tan caliente. Así que si es algún día van, vayan preparadas y con muuuucho bloqueador.  Fui a “probar” el agua y me maravillo. Fue bacan bañarme en otro océano siempre pensando que si seguía derechito nadando, probablemente llegaría a Londres, jajajajaja. No, mentira, pero era mi primera vez en el Atlántico y cuando estuvo más cerca que nunca de las Europas. Cositas en la guata, por mil, es poco.

Me bañé por alrededor de dos horas, acompañada por una adolescente del tour y estábamos muy contentas saltando olas- algo que no hacía desde que mi prima Claudia murió-  eso, hasta que una ola muy fea nos botó, jajaja y decidimos que era hora de salirnos. Además, la hora de reunión con el grupo, ya estaba muy cercana.

Camino al bus, nos tomamos las clásicas fotos en la escultura de la mano, cuyo autor es el chileno Mario Irarrázabal (a quien he nombrado en este blog, puesto que es amigo de juventud de mi tío) y fue bacan pensar que yo conocía al chileno que hace patria con sus creaciones en un lugar tan topisimo, jajajaja.

Alrededor de las 20:00 horas, llegamos al hotel muertas de frío (todos veníamos con los trajes de baño mojados) y el chófer del bus, nos dijo que por las características del viento, lo más probable es que hubiese tormenta. Jajajaja, todos morimos de susto, porque al otro día regresábamos.
¡Las obras se podían tocaaaaaar! 

Ven, Skopelos. 

Amé su irregularidad 

Lindo <3 

El Atlántico de fondo. 

2 sirenas, jajajajaja. 

Obras de Carlos Páez. 

Obvio que aquí me hospedé, obvio. 

La mano de Mario, desde el bus. 

Callecitas comerciales de Punta del Este. 

La mamá no le gusta el mar, pero en ese lugar los disfruto mucho. De hecho, tuve que sacarla, jajaja. 

Por detrás no está muy cuidada la escultura. 

Esto es Punta del Este. 


13 de febrero:
Tomamos el clásico desayuno buffet e hicimos el check out,  al mediodía.  Visitamos una feria artesanal y una tienda de souvenirs y la chica que nos atendió dijo que por nuestro acento, ella estaba segura que éramos de Santiago y no de Valparaíso, jajaja. De verdad, insisto en la amabilidad de su gente.

Muchas personas nos habían recomendado comer “chivita”, que según yo, era carne de chivo, pero no, es un sándwich, muy contundente, porque lleva muchos ingredientes: carne de vacuno o de pollo, lechuga, tomate, huevo frito, cebollas, papas fritas, o sea, como una chorrillana, pero más surtida. Los padres de la chica adolescente, nos recomendaron un lugar para almorzar donde la comida no salía más de 5000 pesos y almorzamos junto a ellos. Fue bacan. Los padres de la chica, eran muy amables y transmitían ser una familia feliz, a mi me cayeron regio y eso casi nunca ocurre, cuando veo gente sospechosamente alegre, pero no, ellos tenían como un aura de paz.

Después del almuerzo, caminamos nuevamente hacia “ciudad vieja” a comprar los últimos souvenirs y aprovechar al máximo las dos horas que nos quedaban en Montevideo.
Nos retiramos del hotel a las 17.00 hrs y el vuelo, salía a las 20.00 horas. Había que salir más temprano de lo normal, porque justo ese fin de semana, era el comienzo del fin de semana largo por el carnaval, así que había mucho TACO.  Llegamos al aeropuerto de Carrasco, revisamos el duty free, tomamos el vuelo y llegamos a Santiago a las 22.50 hrs. Mi viaje más largo en avión, jajajaja.

Este si era nuestro hotel, mucho mejor que el Conrad dijo la picá. 

Chivitaaaaa. 

Los ómnibus. (fijarse en el nombre de la calle <3 ) 

Todos los que llegaban tarde a reunirse con el grupo debían contar un chiste, mi mamá fue una, jojojo. 


Y nuevamente, mucho menos compras en Uruguay, pero obvio que había que traerse algún souvenirs… porque… ¿Qué es un viaje sin souvenirs, ah? 

Me enamoré de los colores, pero la calidad no es muy buena. 

Una joyita que encontré en la última media hora a 2.500 pesos chilenos. 

El imán para el refri, de uno de los lugares más lindos que vi en las vacaciones <3 

Decía barroco, debía comprarlos (los aaaaaaamo) 

Un pin de corazón, porque yo amo los corazones. 

Aún quedan :D (la cajita la guardaré) 

Conocí todos esos lugares!!!
Fueron unos lindos días, un viaje muy sanador y como síntesis, les puedo decir 4 cosas:
  •           Volvería a tomar tours para conocer ciertas ciudades, pero en los lugares que siempre he soñado con ir, me costaría un poco tomar la decisión, porque los tours por las ciudades en cuestión son “panorámicos” y yo hay ciertas ciudades en las que me gustaría “perderme” (Hola París)
  •        Volvería mil quinientas veces a Baires, porque lo amo y punto, pero no sé si invertiría mi dinero nuevamente en Montevideo.
  •     Pepe Mujica, era un amor, pero Uruguay, con educación gratis incluida, igualmente tiene una deuda pendiente con los profesores y eso uno solo lo sabe,  “in situ”.
     Es bacan estar en un lugar donde la marihuana está en marcha blanca para su libre consumo. Se siente en la gente las maravillas de la hierbita milagrosa

Si alguna vez van y desean datos, ¡¡¡feliz se los comparto!!!
¡Abrazos!