Esta soy yo

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Metropolitana, Chile
Licenciada en Historia y profesora de la misma disciplina. Vivo soñando, amando y recordando. Tengo dos metas en la vida: Viajar y encontrar la plenitud. Comencé este blog en 2011, como una "catarsis", hoy, es mucho más que eso. Enjoy!

viernes, 29 de diciembre de 2017

¡Adiosines 2017, te espero 2018 :)!

Y ya se nos va el 2017… ¿Cómo termina mi año? BACAN. Este año, asumí un proyecto hermoso: el frasquito de la felicidad. Todos los años me decía “ya, este año lo hago” y onda anotaba en un cuaderno 4 cosas y luego lo olvidaba. Pero este año, decidí ocupar un frasquito de vidrio e ir anotando en papelitos verdes, todo lo que me hacía feliz. Quiero leerlos en la noche del 31. Confieso que le tenía “miedo” a este año, por la absurda idea de creer que los años impares me hacían sufrir y porque se conmemoraban diez años en que empecé a pasarlo mal. Pero ahí estuvo 2017, dándome su mejor chance. Te quiero, te querré y te recordaré por siempre dosmildiecisiete.
¡Un gran salto!


Lo bueno:
Ø  Al fin, pero al fiiiiiiiiiiiiiiiiiin, logré la tan anhelada estabilidad económica.
Ø  Amo lo que hago. Mi pega no es algo muy común, y la verdad, es que nunca se me pasó por la mente que podría ejercer como profe en una oficina y que, además, me pagaran lo justo.
Ø  Al fin estoy siendo más segura de sí misma. Ya no le temo a la exposición, a hacer el ridículo (jajaja) o interactuar con el sexo opuesto (sí, esto era un temazo en mi vida).
Ø  Al estar más feliz, he rabiado menos, así que cumplí con uno de mis propósitos que me hice al finalizar el año anterior.

Lo malo:
Ø  Ya lo he contado aquí, pero recuperar parte del peso inicial que me costó tanto bajar, no es algo de lo que me sienta orgullosa. Sé que es parte del proceso, pero ya estoy con ayuda más allá de la nutricionista.
Ø  La muerte de mi prima en enero, no auguraba nada positivo para este año. Fue algo que me voló la cabeza, fueron días muy oscuros tras su muerte. Después de eso me fui de vacaciones a la casa de unos tíos y ahí, empezó a retornar mi ansiedad descontrolada.

Lo que me atreví:
Ø  A demostrar mis sentimientos, sin temor a sentirme rechazada. Esto lo hice con mi género, mis amigas y cercanas, pero estoy segura que el próximo año, podré hacerlo con el sexo masculino. Pasito a pasito, como diría la canción que nos súper rayó este año.

Lo que no hice:
Ø  Ir a dar el examen del curso de conducir.
Pero en mi defensa, puedo decir que ¡volví a practicar!


Lo superado:
Ø  Por allá por mayo, me di cuenta que yo era capaz de dar buenas entrevistas de trabajo. Tan solo tenía que confiar en mis capacidades. En ese mes, fui a una entrevista por reemplazo post-natal en un colegio de Lo Espejo y me dijeron que me quedaba con el puesto ¡inmediatamente! PERO, me quedaba a dos horas y media de la casa en micro-metro-micro (y a 25 minutos en auto, pffff). La cosa es que un día, me topaba con mi pega en el Preuniversitario y no estaba dispuesta a dejar este último. Por lo que me dijeron que consultarían si podían cambiar mi horario y la verdad, después nunca me llamaron, jajajajaja.
Ø  Lo anterior me permitió conocerme, como que me entrené harto, para dar una buena entrevista en mi pega actual. Mi pega actual también es un reemplazo, pero es en un lugar, donde tuve que pasar por 3 filtros y, aun así, me escogieron.

Día que me gustaría olvidar:
Ø  La noche del 26 de enero. Habíamos llegado de un concierto precioso que había dado Intillimani histórico y la Eva Ayllon en el Chimkowe. Llegué muy cansada, por lo que cené y me acosté. Cerca de las 1am, mi mamá se acerca a la pieza tiritando y me dice “Algo Paola, pasó”. Y así, decía puras palabras inconexas. Tuve que armarme de valor y averiguar que pasaba. Esa noche tuve que tomarme dos infusiones de sleepytime y aun así, no pude pegar pestaña. 

Día que quedará enmarcado:
Ø  El 3 de julio. Recibí el llamado de una ex – compañera de la Universidad que me pregunta como estaba, en que andaba y que alguien le había dicho que yo no tenía una pega muy estable (lo había leído aquí, en el blog) y que se abría una posibilidad en su pega y que ella estaba dispuesta a ayudarme. De ahí todo fue un laaaaargo proceso de entrevistas y filtros que terminó el 01 de septiembre, cuando finalmente entré a la pega.
Ø  El 13 de octubre: Ese día estaba en un concierto de Jorge Drexler y me retiré antes, porque también era el día de la fiesta de mi pega. Fue la mejor decisión, porque por primera vez, solté mis ataduras del “debe ser”, la “culpa” y me hice responsable de una decisión. Después de trasladarme de Santiago Centro a Las Condes, vino una serie de travesuras que terminó con mi humanidad, llegando a las 6.30 am a la casa. ¡Yo tenía tantas ganas de bailar!

Lo nerd y académico más destacado:
Ø  Este año leí muchísimo menos de lo que me hubiese gustado. Es una tremenda paradoja esta: tengo dinero para comprarme todos los libros que quiero y ya no tengo tiempo para leerlos. Ello sumado a que mi pega implica leer mucho, por lo que, cuando tenía tiempo para “despejarme” el cerebro me decía “Aída, ya no más”. De todas formas, mi cómputo final es de 24 libros, por lo que sí o sí, implica que leí en promedio dos libros por mes. ¿Igual merezco una estrellita, cierto?

Mis favoritos de este año fueron:

  1.          La saga de “Los Juegos del Hambre”- Suzanne Collins.  Yo soy súper “prejuiciosa” con el ítem saga. Me leí con suerte dos libros de HP y me aburrió (siiiiiii, mátenme). Por lo que cuando mi quinceañero primo, me prestó con mucho cariño el primer libro, fue como “Ya, lo leeré para no decepcionarlo”. Y loco ¡me encantó! No quedé tranquila hasta saber que mierda pasaba con Peete y Katniss. Mi favorito de los tres, fue “Sinsajo”.
    Lo reelería, obvio. 
  2.          1984- George Orwell.  Este libro lo tenía pendiente hace siglos. Ya me había leído “Rebelión en la granja” del mismo autor y me había fascinado, así que prometía. No decepcionó. Debe ser una de las mejores distopías que he leído.
    ¿Habrá otro de Orwell que me falte por leer? 
  3.       La conjura de los necios – John Kennedy Toole. Otro libro que necesitaba leer (al igual que el anterior, lo adquirí por la promoción Viva Leer que lanza copec, cada mes de marzo). Creo que hace tiempo que no me reía tanto con una lectura. Tenía tantas escenas bizarras.
    Me imagino a ese personaje y me río po.
  4.      En el café de los existencialistas – Sarah Bakewell: Esperaba este libro desde antes de su publicación, jajaja (por allá por septiembre de 2016) pero cuando lo lanzaron, estaba muy caro (más de 25 mil pesos), por lo que esperé hasta un cybermonday y me lo compré. Fue bacan leer de manera más “humana” la vida de estos personajillos franceses. O sea, yo no tenía idea de qué a la Simone le había atraído Merleau-Ponty (já Maurice) y que este último era un coqueto empedernido. Siempre es rico leer sobre tus ídolos. Además, la narración era muy amena. Uno sentía que estaba ahí, con ellos. La autora también tiene un libro sobre Montaigne, que espero leer algún día.
    Maurice-Jean Paul-Simone-Albert en portada. 
  5.       El amor dura tres años – Frédéric Beigbeder. A mediados de octubre, me di cuenta que hace un mes y medio que no leía nada “en serio” (con suerte la Revista Ya) y dije “Aída, esto tiene que parar”. Entonces llegue al Preuniversitario y conversando con la Coordinadora, me recomendó a su autor favorito. Un franchute guapísimo (porfa gente, gloogueelo) que aburrido de ser publicista se dedicó a escribir. El libro me lo compré en la FILSA de este año y me lo devoré. Era cortito (tenía que partir con algo que no me abrumara) y tenía un humor muy ácido. Ah… y te mantiene en vilo hasta la última página. Recomendado, obvio.
    ¡Necesito esa chaqueta con mi vida!


 Películas destacadas:
    Al igual que los libros, este año vi muchas menos películas, PERO, redoble de tambores por favors: ¡Me enganché con una serie! Yo la que siempre dije que no caería con ninguna, ahí estuve – y estoy- agarradisima de Outlander. Me pasó que varias personas me decían “Vi esta serie y me acordé de ti” y fue como “ya, si cuatro personas me lo dicen, debo verla”. Y la amé. Aun me quedan algunos capítulos de la segunda temporada (y si, ya sé que estrenaron la tercera este año), pero ha sido tanto, que hasta ganas de conocer Escocia me han dado (y eso que yo cero onda con el Reino Unido).

Ø  La suma aquí fue un poco más alta que los libros, fue un total de 38 films y mis favoritas fueron:

-          “Gilda: no me arrepiento de este amor”. Fue la primera película que vi este año (por allá por el 3 de enero). Yo me había enterado de su existencia, mientras estaba en rodaje. Pasaban y pasaban los meses y en Chile no la estrenaban. La busqué en cuanta página pirata conocía y nada. Hasta que me enteré que la estaban proyectando en el Hoyts que tengo más cerca. La película me dejó tan prendida que, a la vuelta a casa, nos vinimos coreando sus hits en el auto. Un jumbito para la representación de la guapa de la Oreiro. Digno de Gilda.
¡Son iguales!


-          “Nuestros amantes”: Ustedes saben que soy romanticona. Pero esta película me voló la cabeza. Es tan atípica. No es la clásica película melosa de amor. Es de una lucha por atreverse a probar cosas distintas y me cambió el switch, absolutamente.
¿Un felices los 4? Jajaja 


-          “Their finest” (Su mejor obra): Esta película me destrozó el corazón, pero me sirvió mucho verla. Porque tiene unas frases que llenan el alma, sobre todo con lo referente a las pérdidas y las despedidas. Está ambientada en Inglaterra de la Segunda Guerra Mundial. La del Keep Calm y esos horrores.
Liiiinda, la vería de nuevo. 


-          También vi las 50 sombras, jajajajaja… y ay, ya, mantuvo el morbo encendido en mí. Pero esa película de porno no tiene nada. Es una cuestión de amor descabellado y NADA MÁS. Pero me gustó, más que nada por el lujo XD.
Un top secret: yo viví esta escena en la primera reunión que tuve con alguien, aquí en mi pega. Solo esta escena eso sí. Misma cara de pava de Anastasia. 


Manualidades:
Já, como dice un amigo: aquí “Bacheleto”, o sea, paso.
No hice ninguna cuestión. NADA. Y estas cosas sirven para relajarse, para controlar ansiedad y vainas. Debería intentarlo en 2018.

Lugares nuevos que conocí:
-          Este año fui de vacaciones a la casa de mis tíos que queda en Pucura (un lugar entre Lican Ray y Coñaripe) pero la zona me la archi-conozco. Los primeros días fueron bien tranquilos, disfruté mucho a mi Josefina, pero todo cambió cuando llegó mi prima (la mamá de Jo) y ahí puro me quise devolver a Santiago. Aun así, conocí un lugar nuevo. Junto a mi mamá, tomamos un tour hacia Huilo-Huilo y lo pasé divino, he aquí algunas fotos:
Aquí pensando "tómame luego la foto que temo caerme"


Aguas de este color turquesa que me matan


Estos bosques son bacanes. Tienen un encanto único. 


Yo y la sombra de mi fotógrafa (mi mamá). 

Puerto Fuy en su esplendor (el Lago es Pirihueico). 

Saltos de la Leona junto a la Leona de la Laida con el peor desteñido ever. Después de ver esta foto, corrí a teñirme negro el pelo, jajajaja. 

 Espero del 2018:

  1.                     Bajar de peso (me propongo bajar los kilos que recuperé)
  2.      .. Dejar el azúcar paulatinamente. Más aun las que vienen combinadas con grasa. Esa combinación es la adictiva.
  3.               Hacer un curso de fotografía o de colorista profesional.
  4.                   Hacer un viaje sola, a más de 200 km de casa.
  5.                   Volver a Buenos Aires.
  6.               Crear un proyecto de fomento lector.

¡Mis mejores deseos para ustedes en el año que se avecina, muchos abrazos y cariños!

lunes, 18 de diciembre de 2017

Antes del amanecer

Aquí estoy, como "personaje en cuestión" predijo que lo haría.
Aquí estoy, tratando de rearmar el saltimbanqui de pensamientos que no me dejan seguir.
Aquí estoy, tratando de sacarme el ego que esto presume. Prometí no volver a sentir esto jamás, pero aquí estoy.

Hoy, a las una de la mañana, no me podía dormir. Esta cuestión ha sido demasiado intensa. Si aquí en la pega he subido de peso, es por la ansiedad que me da saber que tengo que asumir un amor no correspondido. Que siempre es cruel. Y porque me confunden caleta sus acciones.

Sin embargo, la Scarlett O'hara que vive en mi, me dijo: "Mañana será otro día". Y recordé la escena vivida en las últimas horas. Ambos callados en la estación, mirándonos, tratando de que mejor el otro hablara... siendo terriblemente cómplices y sintiéndome terriblemente incómoda. En grupo funcionamos tan bien y cuando estamos solos, cada uno quiere salir arrancando del otro.

He pensado en eso, todo el puto fin de semana. Mis ganas de preguntarte ¿Qué mierda pasa? me comen por dentro. Y cuando tengo la posibilidad, quiero salir huyendo.

Para dormirme en paz anoche y venir a trabajar con la cara llena de risa, recordé una de mis escenas favoritas de "Before Sunrise". Esa cuando Céline y Jesse, entran a una tienda de discos. Ella toma uno de Kathe Bloom, ambos van a la cabina y se quedan callados. Mirándose de reojo. Sintiendo cosas inexplicables.  Y esa canción que en este momento, le dedicaría a personaje en cuestión, por completo. Aunque sea "en la justa medida".


Justo así.


Y mientras suena por doceava vez la canción en spotify, mis ganas de correr a abrazarlo me matan.
Al menos estoy más tranquila esta vez. Escribir aquí, siempre será mi refugio.
P.s.: No, no le haría la pregunta.
P.s.2: Respeto mucho su elección.
P.s. 3: Una vez más, el destino me cruza con personas que no puedo compartir, como yo quiero compartir con ellos.
Cariños.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Preguntas de media tarde

El momento del almuerzo, vendría siendo como el espacio de convivencia que todos los que trabajamos en una oficina, necesitamos. En dicha hora, me he encontrado con una variopinta muestra de preguntas existenciales, entre ellas:

1- ¿Qué no compartirías por nada del mundo?

2- Hombre 1 a hombre 2: ¿Le pegarías a una mujer, si te hace daño?

3-  ¿Matarías a alguien? 

Suavecitas las preguntas dirán ustedes. Yo creo que ya me acostumbré a sus preguntas anti-light. 

Mis respuestas fueron:

1- No se me ocurre que no podría compartir. Me imagino que si estuviera de novia, no compartiría al novio.  Otros de la mesa, recuerdo que dijeron el cepillo de dientes. A mi me daría lo mismo XD. 

2- Me metí, porque según yo, nada justifica la violencia. Casi me tiraron a la hoguera por decir eso. Si, pleno siglo XXI.

3- Confieso que esa la hice yo. Me dijeron varias respuestas, entre ellas: 

3.1. Si me matan a un hijo, obvio que mato a quién lo hizo.
3.2. Si veo una violación a alguien querido, también mataría.
3.3. Si es por defensa personal, si, mato sin pensarlo.

Como ponía cara de no estar de acuerdo, me preguntaron:
Y tú Aída... ¿Has tenido ganas de matar a alguien alguna vez?
Y demás que pensaron que a lo Mahatma Gandhí, diría que no, que hasta una mosca merecía vivir, pero no, dije:
"Obvio que si po".

¿Y ustedes? ¿Se han hecho estas preguntas?
Abrazos!