Esta soy yo

Mi foto
Metropolitana, Chile
Licenciada en Historia y profesora de la misma disciplina. Vivo soñando, amando y recordando. Tengo dos metas en la vida: Viajar y encontrar la plenitud. Comencé este blog en 2011, como una "catarsis", hoy, es mucho más que eso. Enjoy!

viernes, 21 de abril de 2017

Busco protección

Esa fue la certeza que descubrí tras el Censo 2017. 

Me pasa, que desde hace varias semanas vengo dándole vuelta a qué es lo que precisamente busco en una posible pareja y/o en un hombre. Nunca pensé que escribiría de algo así en el blog, menos cuando años atrás, hice una especie de apología a la soltería, pero lo hice por miedo. Sí, angustia de que nadie me mirara, porque consideraba que nunca nadie se fijaría en mi. Las últimas dos sesiones con la psicóloga, he tratado este tema y al parecer, está siendo un punto final en mi larga terapia. Según la María José, al soltar este tema, estoy aceptando que hay una parte de mi que quiero conocer y sería algo así, como la cumbre Everest de mi "Re-nacimiento". 

Fui censista y enganché atroz gaia' con el Supervisor. Fue uno de los mejores días de mi vida, porque me sentí útil, muy ciudadana y al fin, esta cabecita loca, comprendió que si dejo que un hombre pueda cruzar esa muralla/coraza que me interpuse por AÑOS, puede entrar. Que no necesito ser la tremenda mina, para sentirme escuchada por un otro y que no tengo que sentirme pésimo por sonrojarme, porque me están "pasando cosas". Menos aún, tengo que huir, ni esconder lo que me está pasando. Que puedo lograr entrar en "sincronía" con alguien y que lo digamos directamente y que todo se haya sellado, en un tremendo abrazo que nunca antes, nadie me demostró (lo más probable, porque yo misma no permitía que ello ocurriera, con ambos géneros). No se pasen rollos, lo más probable es que nunca lo vuelva a ver, porque después de 5 horas de conocernos, comentó fugazmente que tenía polola y supe que tenía que retroceder. Pero fue lindo, fue divino, fue fugaz y duró, lo que tenía que durar. Por primera vez en mi vida, yo, la que odio las despedidas, no me sentí triste por dejar "partir a alguien", si no que fui muy feliz, por lo que me entregó en ese intenso día, porque no solo me gustó él, me gusté como yo misma, era capaz de traspasar barreras sin el temor a "hacer el ridículo, por no sentirme aceptada". 

¿Por qué protección? dirán ustedes. Yo me considero feminista, pues, creo que mujeres y hombres, merecemos igualdad de derechos y oportunidades, en lo que nos propongamos como metas. Pero en la última parte, pareciera que al abrir el espectro de "feministas", se han ido interponiendo una especie de reglas, cuyo manual imaginario, habría que seguir, cual devota a una religión. Yo pienso que sí, hay que ser coherente con el proyecto macro, evitar seguir perpetuando los patrones de misoginia y machismo que hemos perpetuado por siglos, inclusive las mujeres, pero hay cosas que simplemente, no me cuadran. 

Una de ellas, es la de reconocer que de verdad, necesito sentirme segura. Que es magnifico asumir que no soy una SUPERwoman, que necesito alguien que me contenga. Y no me refiero a lo económico (eso que le llaman ser "mantenida") y mucho menos a que soy débil, como una princesita que necesita un príncipe que la venga a rescatar. NO. 

Necesito un hombre que me apañe, que si tengo miedo y/o me siento indecisa y/o ansiosa por algo, me diga que todo va a estar bien, no porque él este ahí, si no porque juntos vamos a salir de esa. 

Necesito un hombre que crea en mis sueños y con el que compartamos ciertas convicciones. 

Necesito un hombre que me escuche y me ponga atención cuando hablo. El miércoles, por primera vez sentí que a alguien le interesaba lo que estaba expresando y esto sí que fue lo máximo. 

Hace algunas semanas, fui a una charla de Humberto Maturana, que dictó en la Universidad que trabaja mi mamá. Y entre las muchas cosas que hablo del comportamiento humano, se refirió al amor y se aventuró por dar una definición. Dijo que el amor, era el placer de sentirse visto y/o observado. Que sientes que estás siendo considerado por alguien, que no pasas por la vida siendo invisible a los ojos de otro. Y eso, puedes hacerlo con alguien que conoces de por vida (onda por filiación) como por alguien que te topas por unos segundos en la calle. 

Y yo pasé años, escondiéndome. Tratando de parecer lo más invisible posible. Luchando día a día por no ser observada. Y se siente rico, estar en la otra vereda. A pesar de que estoy más expuesta, estoy dispuesta a asumir los riesgos. Y vaya, que se siente liberador decir esto...

Amé esta frase, porque claro, busco protección, jamás dominación (eso sería como llevarlo al extremo, cierto?)

¡Abrazos!

lunes, 10 de abril de 2017

Me pasa a veces


1- Me pasa que me cuesta ene disimular cuando algo me molesta o derechamente no le estoy creyendo nada a mi interlocutor. Me explico, vengo llegando de una reunión laboral que era con el equipo político-educativo de la corporación de mi comuna y sé que puse muchas caras que no son políticamente correctas. 

2- Me pasa que también sé que he estado escapando de algunas situaciones de índole "amorosa" con tal de no herir a alguien. Prometí que trataría de no sentirme "cristianamente culposa", pero es que, paso algo la semana pasada, en la que preferí no ser honesta (mentirilla blanca que le llaman) a enfrentar una situación. 

3- Me pasa que parece que me cuesta comprometerme con algo. Me da ansiedad, me agobia. 

4- Me pasa que hay personas con las que me gusta muuuuuucho compartir mi tiempo, pero a veces no las contacto seguido, para que no se aburran de mi. ¿A alguien más le pasa? Siento que igual es medio "torpe" de mi parte. 

5- Me pasa que siempre he tenido una vida muy solitaria. No me crié con herman@s. Tengo muchos prim@s, pero en su mayoría son más adultos que yo y nunca fui de muchos amig@s. Entonces eso ha conllevado que me entretengo sola y hablo sola, jajajajaja. 

6- Me pasa que sé que ahora tengo más seguridad en la vida, pero aún en muchas cosas, soy muy temerosa. Onda nivel no lo haré, para no frustrarme. Que idiotez. 

7- Me pasa que a veces tengo ene ganas de volver a escribir cotidianamente aquí, pero llego a casa y hago otras cosas y olvido mi prioridad. Ante ello, hoy preferí cruzar el umbral y apretar al fin, ¡publicar!

Abrazos.