Tengo el típico vacío bloggeril; tiempo y ganas poseo, pero apenas me siento frente al notebook a escribir no se qué me pasa y me dedico a leer todos (léase como muchos) mis blogs favoritos y se me va la noche. Recuerdo que cuando me plantee la idea de abrir este blog, estaba en mitad de una clase de Diplomado, y entre escuchaba hablar de Borges, Nietzsche y Wittgenstein, una parte de la ampolleta que me queda se iluminó, y me autopregunté : ¿Y de qué escribirías? Y anoté una lista muy larga, que quedó en la última hoja de ese cuaderno, pero obviamente en estos días no la he leído.
En estos días he hecho hartas cosas. Un día fui a "trabajar" a un Centro de Patrimonio Fotográfico, lo pongo entre comillas, porque no me pagan, pero por lo menos, a mi amiga y a mi, nos entregarán un certificado de práctica, por documentar algunas fotos del siglo XIX. Ese mismo día me pasaron cosas bien extrañas, que merecen un post aparte. El viernes de la semana pasada, me fui por unos días a Rengo, pueblo cerca de Rancagua, donde vive gran parte de mi familia tanto materna como paterna (pueden creer que vivían en un pueblo tan rechico, con todo respeto, y nunca jamás se vieron cuando niños?) y era la primera vez que voy desde que murió mi papito, asi que los recuerdos y las emociones fueron potentes, pues ahí vivieron dos de las personas que más he querido en esta tierra y que ya han partido.
En realidad quiero hablar de eso en este tema, no me quiero explayar, porque verdaderamente siento que hablar de la partida de nuestros seres queridos, no da para una sola entrada en un blog, yo creo que ni con una enciclopedia, logramos significar algo tan inexplicable como experimentar la muerte de un ser que amamos. Parto contando un poquito de mi experiencia.
Mi vida siempre ha estado relacionada con la muerte, mi hermana murió cuando tenía 3 años 10 meses, ella nació con una enfermedad de base, y realmente nunca entendí mucho su partida, pero lo que sí cachaba, desde pequeña, que tooodas las celebraciones (entiéndase, navidades, cumpleaños, santos) las pasábamos antes con ella en el cementerio, por ello puedo decir que la Daniela, era mi hermana que había muerto y era una especie de ángel de la guarda, pues fue así como mi mamá se expresaba sobre su persona, hacía mi.
Mis abuelos, murieron antes de que naciera, de hecho uno de ellos murió apenas dos días antes de mi nacimiento, así que ese es otro "trauma" de mi vida, porque de verdad no cachó nada de la relación (que me imagino debe ser hermosa) entre abuelos-nietos.
El año 2009 y yo, con 19 años, puedo decir que conocí lo que realmente era perder a un ser querido. Mi prima Claudia, murió de una forma muy inesperada, nunca se le hizo autopsia, pero lo que se presume es que le dio una leucemia fulminante. Claudia para mi, era algo así como una hermana, yo creo que era como mi alma gemela. Teníamos una diferencia de edad importante, vivíamos en ciudades distintas, pero algunos de los mejores momentos de mi vida y casi todas las vacaciones las pasé junto a ella. Creo que no hay palabras para la complicidad que existía entre ambas, así que es cosa de imaginar no más, lo que sentí el día que la perdí en menos de 12 horas. Fue una tragedia, obvio.
Y me desarmé, pero prometí continuar mientras la estábamos velando (así de cuático). Y ese año, lo recuerdo con cariño, porque crecí y maduré un montón, pero putié al destino y en cierta forma, me sentía protegida por una especie de "coraza" con una sensación de superioridad, porque ya no me podría volver a pasar algo así de inesperado y traumático. Todo iba relativamente bien, hasta el día 15 de febrero de este año.
Veníamos de vuelta de nuestra vacaciones donde habíamos recorrido Iquique, Arica y Tacna. Mi tío J. nos había ido a buscar al aeropuerto, pero fue un día maricón. Nos perdimos por más de dos horas de mi tío, estando sin mentir, a menos de 5 metros, dimos vuelta los estacionamientos buscando su auto, hasta que por ahí por las 11.30am nos encontramos (el vuelo llego a las 9.20am). Nos subimos al auto, tomamos la autopista, llegamos a tobalaba (avenida más o menos cerca de mi casa). Mi tío J., nos dice "Ya han llegado a su casa, sanos y salvo", esas frases, recordarlas, resultan extremadamente dolorosas y sin sentido, ya que dos cuadras después, el destino se entrometió en nuestro camino y cambio literalmente nuestras vidas para siempre.
Doblamos en una boca calle, todo bien, con semáforo a nuestro favor. En esa mierda de calle, venía una mierda de hombre miserable (juro que intento no ponerle calificativos, pero aun no puedo) que estaba extremadamente ebrio, y nos choca por detrás. En el asiento trasero, íbamos papá y yo. Él nunca se sentaba atrás, pues siempre era piloto o copiloto, así de simple, pero ese día se cumplía su destino, su pérdida sin duda, que es irreparable, y la justicia contra ese médico psiquiatra, fue como es la justicia es nuestro país; una verdadera estupidez, ya que, hay vacío legal respecto a este tipo de delito (un delito al que todos los ciudadanos estamos ad-portas).
Ahora bien, imagínense lo que es perder un ser querido, en cualquier circunstancias, ya es dolorosa, imagínense nuevamente si esa muerte es por culpa de la irresponsabilidad de un tercero, y vuelvan a imaginar que por esa vida, penalmente no se hizo justicia. Para mí, por lo menos, que lo vivo en carne propia NO TIENE NOMBRE, ni menos consuelo. Han sido tantas las cosas a las que me he debido enfrentar en este año, mi mamá y yo. He crecido aún más y me hecho más fuerte, es cierto, pero hay días en los que definitivamente no valgo nada...
Hoy veía un capítulo de "Esta es mi familia", un programa que dan por TVN, y justamente se tocaba este tema de las pérdidas de un integrante familiar y más o menos en las misma circunstancias... Me llegó al alma, y fue súper bueno sentir que estamos acompañadas en el dolor, que no somos las únicas sintiendo lo mismo. Que a nadie, se le ocurrió decir mientras duraba el programa que el papá de esa familia de la noche a la mañana se había convertido en una especie de ángel de la guarda. Eso no es cierto, pues su papá (y el mío) fueron hombres que terminaron su "misión" ese día, una misión que dejó los mejores frutos; su familia, el amor y los recuerdos que nos quedaron, que en momentos son muy dolorosos, pero al fin y al cabo, cuando partimos, es lo único que les queda para consolar a nuestros cercanos.
Si, reconozco que me expandí demasiado, necesitaba hablar de esto, reflexionar, y contar un poco mi experiencia. Y una moraleja, que sé que muy pocas personas tomarán en cuenta (en ocasiones, mis papis, no lo hicieron) si usted estimad@ quiere beber alcohol en grandes cantidades y va a conducir un auto, no maneje, no sabe cuánta destrucción puede causar a otra familia, o a sí mism@!.
Saludos, y la foto es el día que salí del colegio, hace unos cuatro años atrás, salgo yo y mi hombre favorito!