Esta soy yo

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Metropolitana, Chile
Licenciada en Historia y profesora de la misma disciplina. Vivo soñando, amando y recordando. Tengo dos metas en la vida: Viajar y encontrar la plenitud. Comencé este blog en 2011, como una "catarsis", hoy, es mucho más que eso. Enjoy!

jueves, 31 de marzo de 2016

El fin de una era

Sí, hace miles que no escribo por aquí y la verdad es que esta vez, no tengo excusas. Además, dicen por ahí que la excusa agrava la falta, así que para que vamos a andar con rodeos, desaparecí de pura perezosa. Y eso ha conllevado a que prenda muchísimo menos el computador y que haya leído mucho más, así que eso ha sido super positivo. Aún sigo sin pega y ya estoy acumulando un magíster en entrevistas idiotas. Han habido un par (sobre todo una) que me dio harta pena no haber quedado, porque me encantaba el colegio, pero ha habido otras, como una que tuve el lunes que lo único que quería era salir corriendo lo más rápido posible de allí. En fin, no es de esto de lo que quiero referirme en el blog, es más bien "al fin de una era" en lo que refiere a plan de vida saludable. 

Y no, no es que ahora me vaya a entregar a dar rienda suelta -nuevamente, je- a la gula. No. Hoy terminé la primera etapa de lo que ha significado esta batalla contra la obesidad. De la que comencé a comentarles en esta entrada  y sentí la necesidad imperiosa de escribir de TODO lo que he aprendido en este proceso. 

Mi gym, que ya extraño :'(
Recuerdo que la primera vez que entré al gimnasio, me percaté que en el ascensor estaba escrito el apellido de "rehabilitación". Tiempo después capté que no era un gimnasio como otros, pues se compartía con el piso de cardiología y por eso sus horarios eran super limitados. Y me costó acomodarme a ese horario, pero lo logré, yey. Yo aún no asumiendo completamente que lo que tenía era una enfermedad (y que aún tengo y que siempre tendré en verdad) me costaba asumir que mi gimnasio no era como el que iba la amiga de la amiga con sus modelos super fitness. Oh no! Ese mundillo lo descubrí y aprendí a aceptarlo cuando pisé el O2 FIT, donde el Programa de la Católica, tenía convenio para que pudiéramos usar la piscina y el jacuzzi, je!

Al principio, trataba de hacer la rutina lo más rápido posible, en realidad, soy como super impaciente y como "yo no era como ellos", me costaba encontrar lazos en un lugar que yo sabía que estaba de paso. Hasta que una tarde me encontré con Carolina y de ahí vinieron las conversas con Mario, todos con distintos niveles de sobrepeso, compartíamos ese "dejar estar" por un motivo en común, la modernidad y sus niveles de tiempo, nos habían absorbido en un mundo donde se te exige ser delgado, pero se te ofrecen constantemente "tentaciones". 

De los profesionales a cargo, no tengo nada que decir, pues les debo mi nueva vida completamente. A Alejandra, nunca dejaré de agradecer sus consejos más de amiga que de nutricionista (además es tan matea que es seca, seca), a Marilyn, tampoco olvidaré que me enseñó a acostumbrarme a un modo distinto de "decir las cosas", pero a veces es totalmente necesario que alguien te diga algunas cosas, tal como son, A Cecilia, la psicóloga, me orientó muy bien en el momento adecuado en los temas que le atañían directamente a su profesión. A los únicos que me costó un poco entender, fue a los kinesiologos, a decir verdad, escapaba un poco de ellos, pero mejor eso me lo reservaré, jajajaja. Obvio que si bien, termina mi estadía en el gimnasio, tengo que continuar con un equipo que me siga orientando, pues he ganado la primera batalla, pero aún queda un largo camino por recorrer. 

¿Ha sido muy difícil? Sí. No por la comida, porque nunca he sentido que me prive de demasiadas cosas, si no por los horarios. Y porque tienes que acostumbrarte a convivir en una sociedad que gira en torno a la comida. Y te miran con cara de pena, cuando les dices que no, a algo que ellos si "pueden" (pero no deben, ja) comer. 

¿Qué logré? A nivel cuantitativo, dejé atrás 33 kilos. A nivel psicológico, a quererme más, a hacer esto primero por mi y después por los demás (ejemplo mi mamá- a quién también le agradezco su contención emocional y financiera en este proceso-). También logré hacerme "amiga" de mi cerebro que me ponía a prueba 24/7. Aún lo hace en verdad, porque es super pillo, pero ya aprendí a "frenar" sus deseos irrefrenables por comida. Y la naturaleza con todo lo sabia que es, me ha retribuido bajando los niveles que tenía alterados. Yo digo que me perdonó por todo el daño que le hice por años, tan sabio que es y tan mal que lo traté en algún momento. 

¿Qué se viene? Obvio que seguir con mi pauta (para siempre ché) nutricional y continuar mi rutina de ejercicios en otro gimnasio. Uno de la cadena Pacific que me queda más cerca de mi hogar y que tiene entre sus actividades clases grupales, donde mañana Dios mediante, espero retomar el baile, que dejé hace más de 10 años! 

Y no puedo dejar hasta aquí esta entrada sin mostrarles imágenes que muestran visualmente, un porcentaje del cambio que ha experimentado mi cuerpo. El día 23 de octubre, antes de subir al piso del gimnasio, me dije: "Aída, este es tu primer día del resto de tu nueva vida, se merece una imagen".  Y aquí está:
Yo me veo la cara de miedo, jajajaja. 
Y como soy de rituales, se me ocurrrió que el día que terminará mi estadía en el gym, me volvería a tomar la misma foto, con la misma ropa que hace 5 meses atrás. Y estas son:
Volví a mirarme al espejo chiquillas, algo que hace años no hacía.
Desde otro enfoque :)
A mi me cuesta reconocer que ha habido un cambio físico real en mi, sobre todo cuando el último mes, muchas personas me lo han hecho notar (es la etapa del "cambio social" que le llaman los entendidos en la enfermedad). Pero sí, hoy me siento orgullosa de lo que he logrado y me anima a continuar en la batalla y rendirse, jamás. 

Ups, antes que se me olvide, nunca pensé que iba a prestar la "vitrina" de mi humilde blog en promocionar un programa de TV de más ni menos que de MEGA, PERO, les juro que vale la pena ver "Peso pesado", docureality que se grabó en el centro de salud al que yo asistí  (y que ojo, ayer justito empezó su promoción) en estos meses y que obviamente seguiré atendiéndome. Hay historias humanas tremendas y si un programa de tv, pudo darle mayor calidad de vida a esos participantes, vale de mil amores. Yo tuve la suerte de conocer a algunos de ellos y se nota que siguen aún batallando, porque como dije antes, esto es para todo lo que nos queda de vida. 

Eso mis queridas, espero retomar más seguido las entradas, extrañaba harto escribir y leerlas de vuelta. Hay lugares de mis vacaciones que me gustaría registrar, porque fueron muy lindas - y relajantes- y porque cerré algunas heridas que nunca pensé que podría cerrarlas. De eso les cuento en la próxima. 

¡¡Abrazos!!