Esta soy yo

Mi foto
Metropolitana, Chile
Licenciada en Historia y profesora de la misma disciplina. Vivo soñando, amando y recordando. Tengo dos metas en la vida: Viajar y encontrar la plenitud. Comencé este blog en 2011, como una "catarsis", hoy, es mucho más que eso. Enjoy!

jueves, 25 de abril de 2019

Me voy. Que lástima pero adiós...

Ayer me puse a leer "Desolación", llegué a un poema que Gabriela Mistral le dedica a Alfonsina Storni, de ahí recordé mi amor por la Alfonsina y una cosa llevo a la otra, terminé leyendo un poema de Alejandra Pizarnik. Tres mujeres power, que están unidas por la nostalgia y la melancolía. Y eso no me hace bien a mi, obvio.

Según una amiga que estudió literatura, soy demasiado masoquista y obvio. Lo sé. Nací así de falladita. Pero el resultado de la noche de anoche (valga la redundancia) es que hoy no tengo ganas de nada más que de llorar como niña pequeña. Tengo miedo.

Me voy el martes.

He ido a varias entrevistas y sinceramente, a diferencia del año pasado, quiero irme. Acá he pasado desde, fantasmeo por parte de jefaturas flaites, a discusiones baratas con mi antigua jefa y a presenciar gritoneos por parte de otros jefes que discuten en medio de todos. Ya no se puede estar en este lugar. Pero sé que el irme, implica cerrar un ciclo gigante y que es decirle adiós a algunas personas de aquí, a las que sé, no veré en el corto plazo.

Lo he escrito numerosas veces anteriores, y si, odio las despedidas. A tal punto que he pensado no presentarme los últimos dos días de abril. Pero eso sería escapar. Y no, no debería escapar. Tengo una conversación pendiente con alguien de aquí y debo saldarla. Pero insisto, tengo miedo.

Tengo miedo porque no tengo las herramientas necesarias para enfrentarlo. Me cuesta kilos decirle "loco, te quise mucho, me hizo daño quererte tanto".

Y onda relacionado al ambiente laboral, esta segunda vez, me voy con algunas certezas que experimenté las cuales son:

1. No hay que forzar el destino. Jamás.
2. Las segundas partes, nunca son buenas.
3. Hay que escuchar al corazón, más que a la mente.
4. A la gente no le gusta que le digan la verdad, aunque la tengan ahí, frente a sus narices.
5. Hay que ser cínica en la pega. Me seguiré negando a esto mientras exista.
6. Hay algunas personas que por poder, son demasiado codiciosos.
7. La vida no es justa. La vida laboral, tampoco.
8. Más vale ser bonita que honesta.
9. Más vale casarse con alguien con poder que pulirse académicamente y dejar de sesear.
10. Más vale pisotear que enfrentar. También me nego a esto.


Hace tiempo que no vengo feliz a la pega, inclusive antes del despido masivo. No sé si volveré a sentir esa sensación en los nuevos lugares que la vida laboral me depare, pero voy con ganas, eso si, con mi corazón mucho más cuidado.