Nueva Familia

Desde que murió mi papá, la familia de mi mamá se ha acercado muchisimo a nosotras. A tal punto que después de aquel fatídico día, estuvimos viviendo un mes y medio en la casa de mis padrinos; mi tío J., hermano de mi madre y su esposa. Hoy, por ejemplo, esta mi tía Nena, acompañándonos hasta mañana aquí en nuestro hogar.

Desde ese día, he conversado más que nunca con la gente. En ocasiones estas han sido de muy mal gusto, pero alegremente puedo decir que en este duro y largo  proceso, el cual ya lleva 5 meses, he crecido y he aprendido de los demás a ser tolerante  (aunque esto último aún me cuesta y bastante). También he conocido a primos, y me he acercado a otros que siempre estuvieron ahí, pero quizás yo no supe valorar en su momento. Y bueno, de eso más o menos quería hablar en esta entrada.

Ayer, después de que mi día de compras fuera un real fiasco, ya que a mi no más se me ocurre comprarme botas de agua, en pleno día de lluvia, o sea, estaban agotadas (al menos las que yo quería), llegue a mi casa, y me puse a preparar la mochila, para irme a la casa de mi prima, que vive con su esposo y dos hijos; de nueve y dos años respectivamente. Demás esta decir que la pequeñita, me ha acercado a la vida nuevamente, ya que su propia vida es un rayito de luz, al menos para mi, en esta etapa.

Al llegar a la casa de mi prima, me sentí como en la mía. Ella es super acogedora y buena anfitriona, así que después de preparar la leche a J., nos fuimos a tomar un rico tecito. Un rato más tarde llegó su marido, y estuvimos conversando de la vida, por largo rato, hasta que se movió la tierra literalmente, jejeje. 

En la noche vimos películas, y como a las 1 de la madrugada a mi, y a mi prima se nos antojo comer algo rico, así que partimos a comprar alguna comida rápida, cerca de su casa. Bajo la lluvia nos sentíamos libres, de hecho ella me confesó que amaba salir de su casa aunque fuera a comprar un dulce a la esquina, así salía un poco de la rutina del fin de semana, ya que, ella trabaja como educadora de párvulos. Comimos en el lugar, conversamos y "arreglamos el mundo" por mucho rato y nos devolvimos para ir a dormir.

Hacía un frío de mierda en Santiago, pero el amanecer estuvo muy bonito, ya que la vista desde la casa de mi prima (en el cerro, plena pre-cordillera) era realmente hermosa. Nos levantamos tarde y fuimos a la feria a la que solía ir con mi papá, así que la nueva experiencia de ir sin él, me costó un montón. A la hora del almuerzo, me volví a sentir como en familia, y no es que en mi casa no lo sienta así, pero anoche y hoy hasta la tarde, volví a sentir la experiencia de ser parte, aunque fuera desde afuera, del comportamiento de un papá, de una mamá y de los hijos, con peleas y todo, como es la vida misma.

Y la extrañaba, por cierto que sí, y la sigo extrañando, y realmente puedo decir que en el futuro espero poder formar mi propia familia, asumiendo responsablemente lo que esto conlleva, así que hoy no me queda más que estudiar, y seguir estudiando, para que el día de mañana tenga un sustento y una base, para volver a ser feliz, no eternamente, porque eso definitivamente no existe, pero al menos más estable que ahora.

Posterior a esa nostálgica frase, me despido.

Nuevamente saludos para quien pase por aquí.

P.S: La imagen muestra a la familia de mi prima, hace un año atrás (...)