Ay, Uruguay… Montevideo es una ciudad muy amigable, puesto que su gente es muy cortés y amable y
eso en una ciudad capital, se valora. Eso sí, es cara. Si usted está pensando
en ir a Uruguay, como mínimo destine sobre 60 dólares en el ítem comidas, para
dos personas. Obvio que hay opciones más “económicas” como sándwich u otros,
pero los “platos reales” son caritos. Y
la ciudad, así, en términos “superficiales” está “atrasada” unos 10 años si la
comparamos con Santiago. Ejemplo: No hay metro y los ómnibus (micros, buses) cuentan
aún con cobradores humanos <3.
En esta segunda parte, nuevamente desglosaré por días.
10 de febrero:
Nos levantamos como de costumbre a las 7.30 am, tomamos
desayuno y tuve que ir asimilando que no me quedaban muchas horas en Buenos
Aires. De hecho, jajajaja, recuerdo que cuando vi alejarse el Obelisco, me dio penita, pero nuevamente pensé:
“Volveré” tal como hace 5 años.
Nos paso a buscar nuestro clásico bus y nos dejo en Puerto
Madero. Desde allí, nos embarcaríamos en un Buquebus que nos llevaría
directamente a la ciudad de Colonia del Sacramento. Fue una linda experiencia
salir de un país, por agua… primera vez en mi vida que viajo de esa forma y
puedo decir que es muuuuuy relajante. Nos demoramos alrededor de 1 hora y
llegamos a la histórica y pintoresca Colonia del Sacramento.
Colonia es Patrimonio de la Unesco, tal como lo es nuestro
Valparaíso. Fue una Colonia portuguesa, que hasta el día de hoy, e incluso
inundada de turistas, está muy bien conservada. El casco histórico, cuenta con
una callecita, que la llaman “Calle de los suspiros”, puesto que cada persona
que baja por aquel lugar, lo primero que hace es suspirar, al ver tamaño
paisaje. En serio, es muy lindo y “romántico”.
Cuando llegamos a este pueblito, todos teníamos hambre, pero
ninguno comió ahí. Jajajajaja, a todos
se nos pasó el hambre al darnos cuenta que por un sándwich simple cobraban 7000
pesos y por un helado barquillo simple, alrededor de $4500. Yo me compré una
Coca light de medio y me salió 1500, nada tan terrible, pero llegué casi
desmayada a Montevideo, jajajaja.
A Montevideo, llegamos a las 18.30 hora local, es decir, una
hora más que en Santiago. Como ninguno había comido nada, con el grupo
acordamos ir a cenar a un restaurant que quedaba muy cerca del hotel (o sea,
muy céntrico) que se llamaba “El fogón”. Fue muy bacan esa cena. La comida
estaba deliciosa y la compañía perfecta. Creo que hace haaarto tiempo, no me
reía tanto sin haber bebido ni una gota del alcohol. Esa onda. Al fin supe como
se llamaba cada persona que estaba compartiendo experiencias con nosotras, a
qué se dedicaba en sus vidas “normales” y todo entre risas. Yo cené: Entrada (jamón
con ensalada rusa), más Lasagna de verduras y jamón, con una salsa de queso
INOLVIDABLE y de postre: el clásico “Isla flotante”. Un postre muy típico del
Río de la Plata, que es merengue a punto de nieve, licor de oporto y pasas de
uva. A pesar de que suena muy dulzón, el licor lograba equilibrar muy bien los
sabores. Muy recomendable, si es que van.
Alrededor de las 1 am regresamos al hotel y yo me quedé
leyendo un libro que tenían disponible
en cada pieza y retrataba la historia de Uruguay contada por ellos
mismos y sus lugares, obvio, más turísticos. Me llamó la atención eso sí, que
decía que ellos solo recibían a las clases “aristocráticas” de Brasil,
Argentina y Chile. Ahí entendí TODO, jajajaja.
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La mami en la entrada del casco histórico de Colonia. |
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Una de las tantas fotos grupales, encuentreme... porque casi ni me veo, jajaja. |
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La calle de los suspiros, aaaaaaawwwww. |
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Amar las ruinas <3 |
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Callecitas de Colonia. |
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Me encantó la arboleda. |
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Camino a Montevideo. Muy rural. |
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La mami me tomó esta foto, justo cuando el guía dijo que estábamos llegando a Montevideo y la sonrisa es tan natural (el bronceado se vende por separado, jajaja) |
11 de febrero:
Al igual que en mi amada Buenos Aires, en Montevideo también
realizamos un tour panorámico por la ciudad. Visitamos el casco histórico, el Estadio Centenario por fuera, algunos
parques (por Dios que tiene parques esa ciudad!!), de ahí nos dirigimos a Playa
Pocitos y después regresamos al hotel, alrededor de las 12.00 hrs.
En Playa Pocitos, nos bajamos a tomarnos la clásica foto del
turista en el letrero gigante que dice “MONTEVIDEO” y antes de llegar allí, nos
“tropezamos” con hormigas cabezonas, jajajaja, eran GIGANTES. Ah, la guía nos
explicó el origen del nombre de su capital y se las cuento, porque igual es
medio “freak”. Tiene diversas interpretaciones, pero la más aceptada, es debido
a que así le llamaban sus colonizadores portugueses en las cartografías: MONTE
(porque cuentan con varios “montes”, jajaja) VI (sexto número romano) D-E-O (De
Este a Oeste) y si los juntamos, voilá
leemos “MONTEVIDEO”. Fin, quedé conforme.
Al llegar al hotel, decidimos ir a caminar a “Ciudad vieja”.
Me gustó esa onda de dividir imaginariamente la ciudad en dos, una
“moderna” y la más antigua y conservada,
todo separado por una puerta. Ahí se me hizo más latente, lo que intentaba
explicar el uruguayo Ángel Rama, cuando hablaba de “ciudades imaginarias” en
muchas capitales de América Latina.
Almorzamos un sándwich en un local de “La pasiva”, algo así
como el Mc Donalds de Montevideo, jajaja. En la tarde, regresamos a “Playa
Pocitos” y fue lo bacan, bañarse en un río con aguas muy templadas (24 grados).
Fue bacan esa Playa, porque:
- Primera vez en mi vida, que estaba en una playa
en otro país.
- Primera vez en mi vida que me entraba arenas en
las uñas.
- El atardecer, fue muy raro. Colores bellos y una
apariencia muy extraña, porque pareciera que el sol escondía a nuestras espaldas
y no hacia el horizonte.
12 de febrero:
¡Día de playas, yeeeeeyyyyy!
Salimos en dirección a Piriápolis, que es un balneario y
centro turístico que recibe su nombre a uno de los “fundadores” de un complejo
turístico, llamado Roberto Piria. A una hora 30 de camino, llegamos a un lugar
con esta vista:
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Piriápolis. |
Estuvimos alrededor de media hora, tomamos las fotografías
de rigor y seguimos nuestro camino, hacia Casa Puebla. Este hotel, creado casi
“imaginariamente” por Carlos Páez Vilaró, es un complejo, que se fue
construyendo por partes y se dice que sus atardeceres son maravillosos. Yo me
imagine que estaba en Skopelos y voilá, me enamoré del lugar. Este arquitecto y
artista, es conocido en nuestro país, por ser uno de los padres de uno de los
jóvenes que protagonizó la denominada “Tragedia de los Andes” (Avión que se
cayó y cuyo rescatista fue un arriero chileno). Fue él, quien nunca perdió la
esperanza de encontrar a su joven hijo con vida e incluso escribió un libro
contando su dramática experiencia. La
entrada al lugar cuesta 8 dólares y vale totalmente la pena.
Posteriormente, anduvimos unos 20 minutos más de camino y
llegamos al archi-conocido ( y topisimo, porque no decirlo) balneario de Punta
del Este. Una playa, muy lujosa, donde la mayoría de sus turistas son
argentinos y brasileños y donde una noche de hotel, parte desde los 500 mil
pesos. Pobre.
Llegamos, buscamos un lugar para almorzar y encontramos un
lugar que tenía promoción de pizza toscana mediana (en verdad un poco más
grande que nuestra porción individual) por la “módica” suma de 16 mil pesos. La
comimos entre las dos y al restaurant llegaron dos personas del tour, así que
comimos acompañaditas :D . Ah, Uruguay, cobra el “servicio de mesa” o sea, la
propina, obligatoriamente.
Bajamos con Viviana y Carlos a la playa, una pareja de más
de 55 años, que tenían una historia de amor que me hizo llorar. Y no es webeo.
Viviana me contaba, que ellos después de 30 años, después de dos matrimonios
fallidos, se habían reencontrado y no se
habían separado jamás. El amor siempre triunfa, dicen por ahí.
Llegamos a la playa y nunca había pisado una arena tan
caliente. Así que si es algún día van, vayan preparadas y con muuuucho
bloqueador. Fui a “probar” el agua y me
maravillo. Fue bacan bañarme en otro océano siempre pensando que si seguía
derechito nadando, probablemente llegaría a Londres, jajajajaja. No, mentira,
pero era mi primera vez en el Atlántico y cuando estuvo más cerca que nunca de
las Europas. Cositas en la guata, por mil, es poco.
Me bañé por alrededor de dos horas, acompañada por una
adolescente del tour y estábamos muy contentas saltando olas- algo que no hacía
desde que mi prima Claudia murió- eso,
hasta que una ola muy fea nos botó, jajaja y decidimos que era hora de
salirnos. Además, la hora de reunión con el grupo, ya estaba muy cercana.
Camino al bus, nos tomamos las clásicas fotos en la
escultura de la mano, cuyo autor es el chileno Mario Irarrázabal (a quien he
nombrado en este blog, puesto que es amigo de juventud de mi tío) y fue bacan
pensar que yo conocía al chileno que hace patria con sus creaciones en un lugar
tan topisimo, jajajaja.
Alrededor de las 20:00 horas, llegamos al hotel muertas de
frío (todos veníamos con los trajes de baño mojados) y el chófer del bus, nos
dijo que por las características del viento, lo más probable es que hubiese
tormenta. Jajajaja, todos morimos de susto, porque al otro día regresábamos.
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¡Las obras se podían tocaaaaaar! |
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Ven, Skopelos. |
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Amé su irregularidad |
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Lindo <3 |
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El Atlántico de fondo. |
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2 sirenas, jajajajaja. |
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Obras de Carlos Páez. |
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Obvio que aquí me hospedé, obvio. |
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La mano de Mario, desde el bus. |
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Callecitas comerciales de Punta del Este. |
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La mamá no le gusta el mar, pero en ese lugar los disfruto mucho. De hecho, tuve que sacarla, jajaja. |
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Por detrás no está muy cuidada la escultura. |
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Esto es Punta del Este. |
13 de febrero:
Tomamos el clásico desayuno buffet e hicimos el check
out, al mediodía. Visitamos una feria artesanal y una tienda de
souvenirs y la chica que nos atendió dijo que por nuestro acento, ella estaba
segura que éramos de Santiago y no de Valparaíso, jajaja. De verdad, insisto en
la amabilidad de su gente.
Muchas personas nos habían recomendado comer “chivita”, que
según yo, era carne de chivo, pero no, es un sándwich, muy contundente, porque
lleva muchos ingredientes: carne de vacuno o de pollo, lechuga, tomate, huevo
frito, cebollas, papas fritas, o sea, como una chorrillana, pero más surtida.
Los padres de la chica adolescente, nos recomendaron un lugar para almorzar
donde la comida no salía más de 5000 pesos y almorzamos junto a ellos. Fue
bacan. Los padres de la chica, eran muy amables y transmitían ser una familia
feliz, a mi me cayeron regio y eso casi nunca ocurre, cuando veo gente sospechosamente
alegre, pero no, ellos tenían como un aura de paz.
Después del almuerzo, caminamos nuevamente hacia “ciudad
vieja” a comprar los últimos souvenirs y aprovechar al máximo las dos horas que
nos quedaban en Montevideo.
Nos retiramos del hotel a las 17.00 hrs y el vuelo, salía a
las 20.00 horas. Había que salir más temprano de lo normal, porque justo ese
fin de semana, era el comienzo del fin de semana largo por el carnaval, así que
había mucho TACO. Llegamos al aeropuerto
de Carrasco, revisamos el duty free, tomamos el vuelo y llegamos a Santiago a
las 22.50 hrs. Mi viaje más largo en avión, jajajaja.
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Este si era nuestro hotel, mucho mejor que el Conrad dijo la picá. |
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Chivitaaaaa. |
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Los ómnibus. (fijarse en el nombre de la calle <3 ) |
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Todos los que llegaban tarde a reunirse con el grupo debían contar un chiste, mi mamá fue una, jojojo. |
Y nuevamente, mucho menos compras en Uruguay, pero obvio que
había que traerse algún souvenirs… porque… ¿Qué es un viaje sin souvenirs, ah?
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Me enamoré de los colores, pero la calidad no es muy buena. |
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Una joyita que encontré en la última media hora a 2.500 pesos chilenos. |
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El imán para el refri, de uno de los lugares más lindos que vi en las vacaciones <3 |
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Decía barroco, debía comprarlos (los aaaaaaamo) |
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Un pin de corazón, porque yo amo los corazones. |
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Aún quedan :D (la cajita la guardaré) |
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Conocí todos esos lugares!!! |
Fueron unos lindos días, un viaje muy sanador y como
síntesis, les puedo decir 4 cosas:
- Volvería a tomar tours para conocer ciertas
ciudades, pero en los lugares que siempre he soñado con ir, me costaría un poco
tomar la decisión, porque los tours por las ciudades en cuestión son
“panorámicos” y yo hay ciertas ciudades en las que me gustaría “perderme” (Hola
París)
- Volvería mil quinientas veces a Baires, porque lo amo y
punto, pero no sé si invertiría mi dinero nuevamente en Montevideo.
- Pepe Mujica, era un amor, pero Uruguay, con
educación gratis incluida, igualmente tiene una deuda pendiente con los
profesores y eso uno solo lo sabe, “in
situ”.
Es bacan estar en un lugar donde la marihuana está
en marcha blanca para su libre consumo. Se siente en la gente las maravillas de
la hierbita milagrosa
Si alguna vez van y desean datos, ¡¡¡feliz se los
comparto!!!
¡Abrazos!