Esta soy yo

Mi foto
Metropolitana, Chile
Licenciada en Historia y profesora de la misma disciplina. Vivo soñando, amando y recordando. Tengo dos metas en la vida: Viajar y encontrar la plenitud. Comencé este blog en 2011, como una "catarsis", hoy, es mucho más que eso. Enjoy!

jueves, 5 de julio de 2018

Hace un año

Hace un año, fui por primera vez, a una entrevista para un trabajo nuevo.
Nunca olvidaré esa mañana de julio, en la que B. me llama y me dice "Aída, tanto tiempo, hay un puesto en mi pega, pagan tanto y es esto y esto otro". Me llene de ilusiones.
Días, después, me citó la que fue mi jefa directa por 8 meses. Y ahí estaba yo, cual Carmela, el jueves 06 de julio, en Ciudad Empresarial. No paro de reír al acordarme que casi me congelé esperando afuera del edificio, porque llegué una hora antes de la reunión-entrevista. Estamos hablando de las 7.30 am. Di una buena entrevista. Me acuerdo que quedé con el corazón llenito. Me mostré muy segura y de ahí, empezó un proceso de selección, que duró alrededor de 2 meses.

Y llegó el 01 de septiembre. Fue un viernes. Estaba helado. Y yo estaba tan feliz.
De pronto veo pasar un tipo con un poleron burdeo que llamó completamente mi atención y dije "Ese tipo se parece a Pato".
Pasé todo el día en reuniones. Después esperando que instalaran el computador y de ahí, que activaran mi correo institucional. No dejé de mirarlo, mientras pude.

Llegó la hora del almuerzo, me sentí incómoda unos segundos, porque para mi "mala suerte", justo quedé al frente de este tipo. Le digo "Ah, tú eres el que nuestra jefa me dijo que te debía preguntar algo". Y él, muy amablemente me responde: "Si, soy yo, pero ahora estoy almorzando".

Me caíste tan mal. Tiempo después fui descubriendo que ese era tú tipo de humor. Y que detrás de esa máscara, se escondía alguien que me supo integrar. Empezamos a compartir, a descubrir que teníamos el mismo tipo humor negro y en compañia de "todes", nos mostrábamos muy chispeantes, algo que nunca se reflejó en lo íntimo. Entre nosotros dos.

Unas cuantas veces, nos tocó estar solos: en el ascensor, en una reunión de pega entre ambos, caminando hasta el paradero, en el metro ebrios. Y siempre fue lo mismo. Imperaba el silencio. Y una incomodidad, gigante.

Creo que siempre mantuve la esperanza de que te mostraras igual como en los chats. Ese tipo cariñoso, ese que me hacía reír a carcajadas y el que me alentaba a hacer locuras con él. Sé que lo tuyo nunca fue el tacto y mucho menos la emocionalidad. Y yo puse mucho mis cartas en ti.

Han pasado dos meses y días, desde que me fui de aquel lugar. Y no hay día que no te he extrañado desde el "vientre". Es extraño, porque nunca, había experimentado algo así por alguien. Siento que mis pechos crecen y mis caderas se ensanchan, pensando en ti. Hemos hablado, "por chat", solo por temas de pega, porque yo soy una pava y no me atrevo a más.

La verdad es que tampoco digamos que las cosas juegan a mi favor. Tengo que ser realista. De esta jugada del destino, tengo que aprender que hay tiempos que tengo que respetar y decisiones que no van a depender solo de mi.

Hace un tiempo, me acuerdo que decía "Si me ofrecen volver, obvio que vuelvo". Ahora me lo pensaría un poco y tal vez, no regresaría. Me hice mucho daño, pensando en ti. Hace unos días, hice una junta en mi casa y tenía la leve esperanza que vinieses. Una muy mínima. Un 80/20. Y no, no viniste. Te confieso que me dolió como una puñalada. Porque sigo con ese estúpido deseo de intentar comprenderte.

Ayer me escribiste. Yo estaba haciendo clases y esta vez, no te respondí en seguida. Dejé pasar algunas horas, esperé a llegar a mi casa y te tiré como talla, que te había extrañado el sábado. Al menos esta vez, no me quedé con la puñalada adentro. Pasé meses dejando pasar las cosas. Esta vez te enfrenté, a mi manera. Me respondiste, con una evasión y me deseaste feliz cumpleaños.

Fue raro. Te respondí que no era eso lo que realmente importaba. Pero ya comprendí que no tengo la energía para hacerme comprender contigo. Como escribí más arriba, mis entrañas te extrañan, pero son las mismas que están cansadas de luchar por un amor, que no fue...

No hay comentarios:

Publicar un comentario