La biblioteca

Escribo esta entrada desde uno de mis lugares favoritos: La biblioteca.  La verdad, cuando niña no fui un "ratón" de biblioteca. De hecho, en mis primeros cuadernos en la contra tapa solía estar escrito la leyenda "Amo las matemáticas" por cierto, esto era en concordancia por la gran influencia que tenía mi papi sobre mi (jajajá). Pero bueno, una buena mañana a los dulce 13 años, decidí que me gustaba leer. Fue después de leer el primer libro que me leí por opción y no por obligación. Aquel libro se llamaba "Pregúntale a Alicia", nada muy intelectual, pero tremendamente valórico.

Bueno, a lo que iba. Hoy por hoy, que estudio una carrera en la que obviamente tengo que leer, puedo decir que disfruto de la biblioteca. Me gustan las biblios que permanecen abiertas, los domingos y hasta tarde. Siento que es en el único lugar donde efectivamente logro concentrarme y dejar fluir mis ideas (demasiado, demasiado intelectuales jajajá, broma para quien no entienda mi ironía).

Como dije antes, me cambie de locación. Estoy redactando mi tesis y sólo había ido a la biblioteca de mi Universidad o bien, a la Nacional. La biblioteca de mi  U' reabre mañana, pero como me lo pase todo enero allí, me aburrió un poco y la Nacional me viene aburriendo hace tiempo, y me trae malos recuerdos, así que ayer llegué a mi casa y me dije "pucha, a dónde partimos mañana?" y las alternativas eran dos: El café literario de Providencia que no conozco o a la Biblioteca de Santiago, que al menos sabía cómo llegar, porque había venido una vez.

Biblioteca de Santiago de noche =)

Mi elección fue la segunda. Y fue una buena elección. Después de leer un maravilloso post en Zancada (blog de minas que suelo leer) me animé a inscribirme para venir a sacar unos libros. Visite la página, revisé que documentos pedían para inscribirme, pensando en que serían un montón de papeles, muy típico de nuestro país... pero NO! no hay que traer más que las ganas, el carné de identidad y un comprobante de domicilio (yo traje la cuenta del banco, pero también sirve la del agua, luz, cable, lo que sea).  Y bueno la amé. Amo las estanterías abiertas, porque uno llega y saca lo que te apetece culturamente y si te gusta demasiado, te lo llevas para la casa ¿Qué mejor?. Maravilla pura.

Ya, ahora mismito me pararé, y pediré dos libros para mi tesis. No saben la ilusión que me genera que después de la tesis vendré a buscar todo lo que me guste :D. Y traeré a mi Jo a la sala de niños, porque pucha que es linda!

Saludos, a quien pase por aquí.