Viajando con Aída: Lago Ranco - "Un rincón del paraíso" (Primera Parte)

Acabo de llegar a mi Santiago querido. En realidad, así como recién no fue, pero este es el primer lunes tras el arribo, jajaja. Fueron días muy lindos, muy relajantes y de mucha aventura. No recuerdo haber caminado tanto en unas vacaciones, les juro. Todo el esfuerzo, todo, valio la pena. En esta entrada, les resumiré los primeros 5 días. 

Solo para aclarar dos cositas; el nombre de esta entrada es una cita al eslogan que utiliza la Municipalidad de Lago Ranco y ciertamente es un rincón del paraíso y lo mejor, escondido. Y todo lo que escriba hoy,  fue anotado en el pequeño cuadernito de viajes que espero un par de añitos para ser usado nuevamente, no responde a mi super poder memoristico, jajajaja. 

El viaje lo iniciamos el día lunes 03 de febrero a las 23.30 y regresamos el viernes 14 de febrero a las 9.30 am. Ambos fueron realizados en bus. De ida con la línea de "Bus Norte" (muy muy recomendable, sí... se llama Bus Norte y sus destinos de viaje, son solo para el sur, jaja) y de vuelta vía Cóndor Bus. De esta última empresa, perteneciente a Tur Bus, no emitiré comentarios, jajaja. 

Martes 04 de febrero.

Llegamos a Valdivia a las 9.30 am. Por recomendación de algunas personas cercanas que habían visitado hace muchos años Lago Ranco, decidimos partir de Santiago a Valdivia y de ahí conectar a Lago Ranco, mediante buses interurbanos o "rurales". Según yo, podríamos partir de Valdivia a Futrono y de ahí a Lago Ranco. Estando en el terminal me enteré de que a pesar de que geográficamente una localidad se encuentra al norte y otra al sur, cuentan con una nula conectividad. En el mismo terminal, me aconsejaron que la única forma de llegar vía bus a Lago Ranco, era conectando de Valdivia Río Bueno y de Río Bueno a Lago Ranco.

Eso sí, existe una forma de llegar sin hacer conexiones y/o "escalas", pero la única empresa de buses que lo hace es Tur Bus. Yo no tengo miedo viajar en Tur Bus, ya que creo que cuando las cosas están por pasar, pasaran igual... pero los precios estaban excesivamente altos, para la calidad de servicio. Asi que desde que planificamos el viaje, esto fue descartado. 

Al llegar a Valdivia, ya habían nubes amenazantes. Y ya estando en Lago Ranco, la lluvia caía con furia.. yo, santiaguina escapando del calor, estaba feliz. 

Afortunadamente, encontramos una cabaña a buen precio (Un poco más de 30 por noche)  para encontrarnos en inicios de febrero, mes donde más turistas llegan a la comuna. 

Ese día, llegamos, almorzamos y descansamos. Y en la noche se cortó la luz, porque llovía muchísimo. 

Lucy en la calle Valdivia. 

¿Se nota mi cara de felicidad, por la lluvia, por el viaje, por todo? 

Tecito a las 4 de la tarde, en Santiago esto para nosotras es impensable. 

Miércoles 05 de febrero

Ese día, nos levantamos muy temprano a comprar pancito y queso de la zona para el desayuno.  Si algún día va y le gusta el queso, compre... no se arrepentirá.  Al mediodía, comenzamos a recorrer toda la ribera y la costanera que rodea al Lago. No me alcanzan las palabras para describir lo lindo que es. Una vez, en un par de artículos que leí en Google, decían que la costanera, era muy parecida a la costanera de Frutillar y vaya que tenían razón. 

Ese día almorzamos en un Restaurant que estaba en plena costanera, su nombre era "Ruca Ranco" y era muy muy bacan. Aunque a uno de sus mozos, le pregunté si atendían en invierno y me respondió "A veces".

Jardines de algunas "casitas"

La municipalidad. Esa muni, tenía un baño disponible siempre abierto. 

¿Algún parecido? 

Usted, identifique el error, jajaja. 

Chasconamente feliz en el muelle. 

Nubes hermosamente amenazantes.

Jueves 06 de febrero

Este día si que hizo mucho frío y llovía a cantaros. Incluso los lugareños decían que era muy semejante a un día invernal. Mi mamá, decidida a recorrer, me advirtió que ese día, sí o sí saldríamos a excursionar. Y fue así, como partimos al mirador Piedra Mesa, que se encuentra en el Parque Alfonso Brandt. Este Parque era gratuito, ya que fue "prestado" por 75 años a la Municipalidad, por parte de la familia del Señor Brandt, pero "copuchando" en Google ese mismo día, me enteré que en octubre del año pasado, una de las descendientes de la familia, le quito el parque a la Municipalidad, por no respetar contratos (dejaron que se instalaran antenas telefónicas y vendieron una parte del terreno a privados) pero a pesar de todo, la familia quería que éste continuara siendo abierto al público sin ningún costo. Ojala nuestro presidente aprendiera de aquella decisión. 

Esperando el taxi que nos llevaría hasta la entrada del Parque. 

¡Libertad! 

Vista hermosa.

El recorrido entre bosques y bosques duraba alrededor de 1 hora. Siempre solitas.

Desde el mirador. 

La selfie feliz. 

En el mirador. 

Verde, que te quiero verde.

Viernes 07 de febrero:

Ese día llovió y salio el sol, llovió y salio el sol y sí, (...) llovió y salió el sol ¡y no llovíó más! De broma, bautizamos al lugar como "TropiRanco". Ese día, decidimos leer a los pies del lago y fue maravilloso. Recorrimos y caminamos hasta que se hizo de noche. 

En la calle "Viña del Mar".

Una santiaguina de tomo y lomo con paraguas. Le duró menos de 3 minutos la lluvia, eso sí. 

Media hora después había sol.

Mini caleta, en la costanera. 

Sábado 08 de febrero.

Salió el sol. Decidimos ir caminando a la "Pisada del Diablo" (se llama así por una leyenda de la zona) y no vía lancha. A la entrada del lugar, habían dos perritos muy cariñosos que nos protegieron y acompañaron durante todo el camino, a veces, me gustaba pensar que era la Claus y el papá. Ese día, logré bañarme en el lago y en la noche, disfrutamos de la noche ranquina, yendo a un bar con karaoke. Fue un bello día.

Paisajes...

Y aquí, con esta imagen que me encanta, se acaba la primera parte de este viaje. Espero no haberlas aburrido y ¡Continuará!

Un abrazo!