Me preguntaron ayer si te extrañaba y dije que no.
Pero es mentira. Te extraño más que la mierdis.
Y ya sé, porque te extraño tanto. Porque sé que esto será así para siempre.
Me voy en unos días más.
No quiero sufrir antes, porque eso hace pésimo.
Pero ¿Cómo volver a acostumbrarme a no- te-ner- te? ¿Quién me hará tallas pesadas y yo se las devolveré con algo más pesado? ¿A quién encontraré más tierno y a la vez el más antipático?
Me da risa las veces que me preguntan por ti. Porque no somos amigos.
A mi me encantaría, pero en teoría, no somos nada.
¿O somos amigos?
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