He vuelto a los días jueves para no romper con la tradición,
jajaja. Hoy daré mi opinión respecto a un concepto que por esas
cosas de la vida comencé a darle vueltas y no he dejado de nombrar
en cada ocasión que tengo para usarlo, me refiero a la empatía.
No soy psicóloga y no pretendo serlo, así que todo lo que escriba
aquí se basa en la pura empiria y nada muy teóricamente elaborado,
lo expreso solo para no pasar a llevar la profesión de nadie y por
si es que Pablo, mi psicólogo llega a toparse un día con este blog no termine con ganas de censurarme, con todo lo que escrito sobre sus
consejos aquí, jajajaja.
Sin embargo, en mi etapa universitaria, aprendí que no podemos
hablar de un concepto sin al menos tener una noción básica de lo
que pretendemos enunciar, así que en términos laxos y simplecitos
la empatía vendría siendo “la capacidad de ponerse en el lugar
del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar
pensando”. Una persona con una virtud como la empatía, es capaz
de comprender una situación personal de otro, yendo más allá
incluso de su lenguaje formal, ya que se fija en sus movimientos,
palabras, el tono de voz, la postura, la expresión facial, etc. Y a
partir de aquella información recopilada, logra entender su
comportamiento e incluso su pensamiento y/o sentir de un momento
determinado, logrando así entregarle una palabra y/o apoyo
adecuado. Obviamente, este concepto esta relacionado con la compasión
que debemos tener hacia otro. A mi me agrada la compasión, pero
detesto profundamente la lástima, que me imagino que es la primera
llevada hacia confines extremos.
Sin lugar a dudas, la adquisición de la empatía en el
ser humano, es una construcción diaria que debemos como sociedad
impulsar desde que somos pequeñitos. Desde que me encuentro
trabajando en la U' con estudiantes de Pedagogía Básica, me he dado
cuenta que desde el Ministerio de Educación, se ha estimulado que
desde los primeros cursos se trabaje a partir de la noción global de
ciudadanía y por supuesto la empatía no esta ajena a ello. De
hecho, en primero básico un profesor/a debe lograr que su
estudiante: “Valore los grupos que integra su comunidad (familia,
escuela y comunidad). Importancia del rol de cada personas, la
convivencia pacifica, el respeto mutuo y la participación” Es
decir, que logre comprender que respetarse a sí mismo, es
directamente proporcional al respeto que debemos tener a otro.
Personalmente, encuentro genial que nuestros tiempos, se promueva este tipo de enseñanza, pero no seguiré dando la lata con las
cuestiones pedagógicas y morales, jajaja. A lo que sí me quiero referir,
es la falta de empatía en situaciones cotidianas y que muchas veces
dejamos pasar de lado, o bien, terminamos provocando sin querer. A
modo de ejemplo, ayer iba camino a mi casa y me senté en el asiento más
incómodo de la micro, jajaja y la señora que venía al lado con
muuuchas bolsas, no encontró nada mejor que irse con los
brazos cruzados, ocupando más de la mitad de su asiento
correspondiente y provocando que su acompañante (en este caso yo)
fuera incómoda a costas de su propia comodidad, solo por su nula
capacidad de ponerse en el lugar de otro. ¿Una regla de
comportamiento básica no?
Algo parecido ocurre también en mi odiado medio de transporte
público: el metro. Sobre todo, cuando en la hora peak, millones de personas
acuden a tomarlo y no encuentran nada mejor al llegar al anden que ponerse a correr, no importando cuanto empuje provoque en el trayecto hacia el
anhelado asiento. Ni hablar de los casos, cuando no le dan el asiento
a las personas con discapacidad limitada. Aunque yo, tengo cierto
reparos con esto, ya que nada me hace enojar más, cuando veo que en
el asiento en cuestión, llevan a un niño/a pequeño sentado,
pudiendo llevarlo perfectamente en sus brazos. Una vez, expresé esto
en público y la mamá corazón de turno me dijo: “Ayyy, pero acaso no
puedes entender que ese niño quizás se marea?” Y si bien, durante
mucho tiempo traté de ser lo más empática posible, después repare
que ya, esta bien que los infantes se sienten si ese es el motivo,
pero ¿Es justo que el adulto responsable también lo haga, sabiendo
que ese asiento perfectamente podría ser ocupado, con una persona
con necesidad? Todo un tema y mamitas, no me odien, jajaja.
Ahora bien, también al interior de mi propia familia, he encontrado que hay
una falta de empatía absoluta. O en realidad, a esa conclusión he
llegado al posterior alejamiento de mi padrino tanto de mi vida como la de
mi madre. Aquí entro en un tema super personal, pero que pienso es
adecuado ponerlo en relevancia, por si es que esto les ocurre en
vuestro propio entorno familiar. Con mi tío, protagonizamos el
accidente, donde murió mi papá y este último año, ha desaparecido completamente. Me da pena pensar su accionar, ya
que rompió una promesa. Aunque a decir, tampoco estuvo ahí para
acompañarnos en el primer año de fallecimiento, porque prefirió
irse de vacaciones, no importando que ese fecha para nosotras era
fatídica, y lamentablemente especial. Y ya, yo puedo comprender que
quizás escapa de la situación que para él también fue engorrosa,
pero si consideramos que a él le encanta “pegarse en el pecho”,
lo encuentro hasta poco moral de su parte. Mi padrino, es diácono. De hecho, es el mismo que en la
prédica de la misa dice que hay que acompañar al que sufre,
jajajajajaja.
Sin duda, que me duele. Y no por el hecho de que quiero provocar
lástima y la necesidad continua de acompañamiento, pero no me duele
por mi, me duele por mi mamá, porque ella sufre con sus actos y su
nula capacidad de empatizar con el dolor. A veces me dan ganas de
llamarlo y/o ir a visitarlo y enseñarle esta capacidad de empatía,
después pienso que yo no soy nadie para hacerlo. Otros días me
lleno de impotencia al ver como tu propia familia, no puede ponerse
en tu lugar. Y ahí me quedo.
En una fría tarde de julio, mientras bebíamos café con una
amiga, ella muy desafiantemente expresó : “Sabes Aída el problema
es que todos somos seres egoístas por naturaleza” Jajaja, si bien
su frase era una cita a un conocido teórico político, no dejo de
darme vueltas, sobre todo en sus argumentos que me ayudaron a
comprender que lamentablemente esta frase sigue super vigente.
No quiero terminar diciendo que yo soy el ser más empático el
mundo. Sé que muchas veces he dejado pasar situaciones en las que
pude haber hecho algo y me arrepiento, pero desde que comencé a
darle vueltas a este temazo, de “ponerse en el lugar del otro”,
he intentado ser lo más empática dentro de lo humanamente considerable.
Espero que ustedes también lo hagan en su entorno, ya que si todos
fuéramos un poquito más empáticos en nuestra vida diaria, la frase
que me dijo mi amiga, debería ir quedando obsoleta al menos en el
mediano a largo plazo.
¿Que sería bacan esto no? Jajajaja |
Miles de cariños.
Te iba a escribir que tu padrino quizás no sabía cómo afrontar el problema y por eso huyó hasta que llegué a la parte donde cuentas que es diácono y en sus prédicas obviamente debe tocar estos temas hablando del comportamiento correcto y me dio rabia. No lo puedo entender. Es que cómo.
ResponderEliminarYo no soy una persona muy empática la verdad. Trato de ser más amable y comprensiva, pero hay personas con las que me resulta y otras no, entonces a esas últimas las condeno en mi mente y después me entero de todo lo que hay detrás que explica por qué actúan así y me baja la culpa porque no fui capaz ni siquiera de imaginarlo.
Es una habilidad social que no todos tienen y yo admiro a los que son capaces de aplicarla siempre. ¿Se podrá aprender? ¿Será más frecuente cuando uno envejece y va incorporando experiencia? No sé.
Aquí en la casa nadie puede entender su actuar tampoco. En realidad sí, pero me da lata/rabia lo cara de nalga que es.
EliminarPucha a mi me pasa algo parecido, es heavy enterarse de las historias de vida de las personas, porque eso condiciona su actuar. Algunos se aprovechan eso sí.
Yo a veces pienso que es al reves, si bien es un constructo... también hay algunos niños que tienen una capacidad empática que es admirable. ¿Nunca has visto el comportamiento de un niñ@ cuando te ve llorar con pena? Incluso algunos animalitos también lo son. Inteligencia emocional que le llaman <3
Cariños!
A cada rato me doy cuenta de lo poco empática que es la gente y si a veces no es cosa de tener una habilidad sobrenatural, basta con ser correcto en el actuar no más para no molestar innecesariamente a nadie y con eso es harto te diré... Cuando uno es peatón tiene menos oportunidades de darse cuenta de esto, pero cuando manejas te das cuenta a cada rato, ya sea porque no faltan los que se estacionan en una salida/entrada de auto, los que estando tú estacionada correctamente dejan su auto detrás del tuyo y no te dejan salir presumiendo que te vas a demorar más que ellos en volver, los que se meten en doble fila para adelantarte sin respetar su puesto detrás de una cola de autos y así... a cada rato uno se da cuenta que los otros no piensan en no molestarte. Las normas de buena convivencia son una forma de respetar al otro y ya con eso es bastante.
ResponderEliminarTu padrino no es el único, aunque con su labor es mucho más reprochable.
Nos pasó en la familia también que cuando enfermó mi papá muchos se alejaron esquivando "el bulto" y más tarde dirían que "querían recordarlo como era cuando estaba sano" y después que se fue, cuando mi mamá más necesitaba que sus seres queridos estuvieran ahí para darle compañía, que la hija que más tiempo y menos responsabilidades tenía se hubiera ido de viaje dejándola sola es de una falta de empatía total. Como dices, a veces en la familia es donde más uno encuentra muestras de este defecto y es lo que más duele...
Besos!
Oh si que tienes razón en eso del manejo y la conducción. Por eso evito hacer el curso de conducir, jajaja... si no le sumaría más falta de empatía a mi vida. Yo llego a creer que con un poco más de empatía en este tipo de hechos, se evitarían hasta algunos accidentes y/o hechos de tránsito.
EliminarEsa frase que decía tu familia si es que es poco empática po y cobarde. A mi lo que me molesta en demasía es que no puedan preguntarse: ¿Necesitaran algo? Y no solo material, pero cuando uno tiene este tipo de dolores, hasta en las cosas más banales necesitas apoyo/ayuda.
Que frío lo de su hija y me quedaré pensando tu última frase, porque es muuy cierta.
Abrazos!
Al principio me sonó un poco raro lo de "ponerse los zapatos del otro" porque siempre lo he escuchado como "ponerse en los zapatos del otro", pero al final si te pones EN los zapatos de otro es porque te pusiste sus zapatos. Las tonteras en que me fijo.
ResponderEliminarYo trato de ser empática y de ponerme en los zapatos del otro, pero a veces no me doy cuenta y digo cosas que pueden ser pesadas, y si me pusiera en los zapatos del otro antes de decirlo, me daría cuenta que me molestaría. Pero es una cuestión super inconsciente, trato de pensar más antes y no hacerlo, pero a veces abro la boca y digo una pesadez, no pienso en como se va a sentir la otra persona, llego y hablo. Pero lo intento, de verdad, y creo que de a poco (con los años!) voy pensando más las cosas antes de hacerlas o decirlas.
Mal lo de tu tío y mal que eso suela suceder, incluso a veces la gente se pelea por los bienes que dejó la persona, eso es más terrible aun... creo que igual uno no debería esperar mucho de nadie, es triste su reacción pero no se puede obligar a nadie a que le nazcan acciones o sentimientos. No por eso no va a ser triste, lo es igual pero no hay mucho que hacer.
Que estés muy buen Aída, cariños!
Jajajajaja que risa me dio tu primera observación. Yo siempre la he escuchado como la puse, aunque en realidad no le doy muchas vueltas a los títulos, porque los pongo al final. Algo raro en mi, porque pucha que soy pasa rollos, jajaja.
EliminarEl otro día, veía en el home & health, el caso de un tipo que no podía controlar ningún pensamiento y por medio de tic's decía cosas hirientes a los demás. Jajaja que conste que no te digo que tengas eso, ya que su caso era extremo. Yo desde hace unos años, después de escuchar esas típicas frases orientales, decidi pensar muy bien antes de hablar, pero demás que a veces digo cosas desafortunadas, más que mal aquí juega muuucho la subjetividad y es díficil saber que lo que esta hiriendo a los demás puede que yo con lo considere así y viceversa.
Uuuuh, pusiste un tema cuatico. En mi familia materna está pasando eso con los bienes familiares y está la embarrá. Opino lo mismo que tú, él no esta obligado, pero lamentablemente no puedo controlar lo que sufre mi mamá, ojala pudiera.
Cariños para ti también!!
Nooo, lo mío no es tan terrible no es en mala y tampoco es siempre, son "tallas" pero creo que a veces son pesadas y debería calcular antes o preguntarme a mi misma si lo que voy a decir es simpático o llega a la pesadez.
EliminarEs terrible cuando la mamá está mal y uno no puede hacer nada, espero que hayan otros familiares que sí se hayan puesto en sus zapatos, y que la estén apoyando. A las dos, a ti y a ella.
Saluditos!